Enrique Rojas defiende el «carpe diem» en «Vive la vida», su última publicación

Rojas aborda en su libro, entre otros, el tema de la inteligencia, cuya madurez se produce —dijo- «como consecuencia de la llamada edad metafísica, que se pregunta por el sentido de la vida, los grandes temas, cómo está la sociedad, etcétera. Rojas advirtió en ese sentido que «es clave enseñarle a la persona a pensar, a tener espíritu crítico, a utilizar la razón, a ofrecer argumentos…el orden es el mejor amigo de la inteligencia». La voluntad, para Rojas, es una pieza fundamental en el patrimonio psicológico, «la joya de la corona de la ingeniería de la conducta».

El psiquiatra granadino explicó que «es fácil enamorarse, pero más complejo mantenerse enamorado» y definió como «uno los grandes errores de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI» el pensar que «el amor es fundamentalmente un sentimiento, que muchas veces se mueve, oscila, sube y baja sin que sepamos controlarlo de forma adecuada». «El amor —dijo— además de un sentimiento es un acto de la voluntad: es la determinación de trabajar el amor elegido. En los amores inmaduros, la voluntad brilla por su ausencia; en los amores sólidos la voluntad tiene un gran protagonismo, corrige, pule, lima las aristas de uno mismo para hacer ese amor como una piedra de río, sin aristas, fácil al contacto interpersonal».