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«A Josefa Medrano la haría mi agente literaria por su veto a Agustín de Foxá»

El escritor sevilano Aquilino Duque presenta sus memorias este miércoles en el Aula de Cultura de ABC a las 20.30 horas

«A Josefa Medrano la haría mi agente literaria por su veto a Agustín de Foxá» raúl doblado

jesús álvarez

Aquilino Duque (Sevilla, 1931) quería ser diplomático pero su verdadera obsesión fue convertirse en escritor. Lo logró, aunque no pudo vivir de la literatura y sí como traductor de la ONU (habla inglés, francés, alemán y ruso) y funcionario de la FAO. Con «El mono azul» logró el Premio Nacional de Literatura y ahora ha publicado «La invención de la pólvora» (Renacimiento), un libro de memorias que presenta el miércoles a las 20.30 horas en el Aula de Cultura de ABC, que patrocinan la Real Maestranza y el Banco Sabadell.

En una entrevista con ABC, Duque recuerda varios pasajes de su vida, entre ellos el veto que sufrió en Sevilla en 2009 el homenaje al escritor Agustín de Foxá que él organizó y que fue rechazado por la entonces concejal de Izquierda Unida, Josefa Medrano, que le negó un local municipal. «Le estoy muy agradecido por la publicidad que le dio con su veto. Le dije que si se quedaba sin trabajo la emplearía como agente literaria mía. Felipe Alcaraz (poeta y ex secretario de los comunistas andaluces) me escribió muy educadamente para decirme que Foxá no tenía suficiente calidad literaria para ese homenaje. Yo le contesté, con mucha educación, que sí».

Aquilino Duque sufrió en sus propias carnes otros vetos a lo largo de su carrera literaria, tanto en la época franquista como en democracia. «Mis libros han tardado unos diez años como media en publicarse. Por ejemplo, «El piojo rojo» me lo contrataron con 250.000 pesetas de anticipo, con un premio incluido, pero a última hora me convocaron a Espasa Calpe a una especie de tribunal para que cambiara algunas cosas. Una sorayita mindundi que había allí me dijo: «Señor Duque, lo que yo quiero es que me escriba una novela de humor». No transigí. Luego me lo publicó Pretextos. Eso me ha pasado con muchos libros. Incluso con Planeta, que nunca se aclaraba conmigo. Carlos Pujol, que trabajaba con ellos, me decía que ni él mismo podía publicar algunas cosas allí. Cela se quejaba de que tardaron cuatro años en publicarle en España «La colmena» y esa espera me parecía a mí ridícula», afirma.

Aunque no ha tenido que vivir de la literatura, Aquilino Duque confiesa que siempre tuvo la esperanza de «pegar un pelotazo alguna vez con algún libro», pero eso no ocurrió. Sí ganó el Premio Nacional de Literatura con «El mono azul», pero «eso de no templar gaitas me costó el premio Nadal. Querían que cambiara muchas cosas de la novela para dármelo. Molestaba que estuviera escrita desde el bando nacional», dice.

Según Aquilino Duque, «me perjudicaron más que mis ideas políticas, mis actitudes. La de defender mi trabajo y no transigir con los editores». Y añade: «Yo nunca fui turiferario del régimen franquista ni el régimen lo necesitaba porque ya tenía sus instrumentos de propaganda. Pero parece que en democracia no se puede decir que Franco trajo la Seguridad Social o que creó las clases medias en España. O que cuando llegó el PSOE al poder todo el socialismo que cabía en nuestro país ya lo hacía hecho Franco. Pero yo también sufrí la censura franquista en poemas y páginas de novelas. Escribí sobre la muerte de Miguel Hernández y Cela no me quiso publicar en su revista. También me vetaron un poema sobre Antonio Machado», dice.

«A Josefa Medrano la haría mi agente literaria por su veto a Agustín de Foxá»

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