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LITERATURA

Martínez de Pisón: «Paracuellos es un episodio que a nadie le interesa usar en literatura»

El escritor zaragozano presentó en Sevilla «Filek», la historia del timador austríaco que hizo creer a Franco que podía convertir el agua en gasolina

Ignacio Martínez de Pisón presentó su novela en Sevilla ROCÍO RUZ

JESÚS MORILLO

La ficción es la materia que anima a la mayoría de libros de Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), autor de novelas tan celebradas como «Carreteras secundarias» (1996) o la reciente «Derecho natural» (2017).

Por eso, en su producción destacan dos libros que se nutren de la investigación histórica y que, a través de la peripecia de un personaje real, radiografían dos momentos violentos del siglo XX español : la Guerra Civil y la inmediata posguerra , sin renunciar a mostrar sus episodios más polémicos.

El primero, «Enterrar a los muertos» (2006) mostró la guerra dentro de la Guerra Civil entre el PCE y el POUM a partir de las vidas de John Dos Passos y su traductor al español José Robles ; el segundo, recién publicado, es «Filek» (Seix Barral), en el que narra la historia del timador austríaco que convenció a Franco de que era capaz de convertir en gasolina el agua del Jarama tratada con remolacha y diversas hierbas del bosque.

Al entorno del dictador llegó de la mano del «cuñadísimo» Serrano Suñer , al que conoció en su periplo por las cárceles republicanas, a donde llegó tras ser descubiertas algunas de sus estafas.

Esa relación que Albert von Filek explotó, le permitió codearse con los jerarcas del régimen , que se dictaran leyes en el BOE y se realizaran expropiaciones para favorecer una industria que permitiría a España ser autosuficiente en carburante.

«A mí me gusta pensar que a través de un personaje vas contando épocas y cómo son la sociedad, los gobiernos... Cómo a partir de un señor anónimo como Filek puedes reconstruir la época que le ha tocado vivir, que es muy interesante, por lo convulsa», señala.

Una peripecia que le permite narrar la vida de un embaucador, pero también mostrar detalles de las prisiones republicanas de la Guerra Civil, incluidas las sacas de prisioneros —paradigmáticas en Paracuellos —, y un inicio de posguerra en el que la eliminación del adversario convivió con unos consejos de ministros, descritos por un miembro de aquellos gabinetes, más propios de una «charla de casino» .

La primera referencia a Filek la encuentra en las diez líneas que le dedica el historiador Paul Preston en la biografía de Franco. Filek es un personaje muy novelesco, ¿por qué no optó por contarlo en una novela?

Por una especie de respeto a la verdad. Todo lo que cuento sobre Filek nadie lo había investigado y no se sabía, y he tenido que acudir a archivos y hemerotecas. Si metes ficción, estás contaminando un poco lo que estás descubriendo y por tanto degradándolo, y a para mí era prioritario contar algo que tuviera esas dosis de verdad. Lo hice con «Enterrar a los muertos» y entonces me lo propuse como una especie de principio casi ético, porque estás hablando de personas reales. Si en aquella hacía una aproximación trágica a la Guerra Civil, aquí es casi una aproximación cómica, porque hay muchos elementos involuntariamente humorísticos.

«La primera posguerra está sin contar y es una muy interesante, porque fue la etapa en la que Franco provocó un exterminio»

La utilización de la «no ficción» en ambos casos, ¿significa que la novela es un género ya trillado para hablar de la Guerra Civil?

Todavía no había terminado la guerra y Manuel Chaves Nogales había escrito algunos de los mejores cuentos sobre ella. La Guerra Civil ha sido muy fecunda en buena literatura, pero a mí no me interesa tanto la guerra como las personas.En realidad, no cuento la guerra, porque Filek la vive en las cárceles republicanas de Madrid. Pero hay una parte que está sin contar que es precisamente la primera posguerra y es la más interesante, porque fue la etapa en la que Franco realmente provocó un exterminio.

Su libro aborda los campos de concentración franquistas, como Nanclares. ¿Esta parte de la historia se cuenta poco o no se quiere contar?

Ha habido una especie de olvido no deliberado. El franquismo tuvo varias fases, como esta fase inicial de carácter genocida.Cuando un gobierno decide fusilar o exterminar a más 50.000 personas hay un elemento de genocidio. Pero después el régimen evoluciona cuando cambian las tornas de la II Guerra Mundial. El franquismo de los años sesenta y setenta no era como el de la inmediata posguerra.

Aquel franquismo estaba dominado por la Falange.

Aquel es un franquismo que no fue de paz, sino una etapa de represión. En este caso, lo que hago es contarlo desde dentro del franquismo, a través de cómo un señor que es un trepa y un estafador cuela su gasolina en los consejos de ministros. Aquel primer gobierno de Franco era bastante incompetente, con unos tipos que no sabían nada de economía ni de gestión ni de la administración.

«Sin Serrano Suñer y Felipe Polo, Filek nunca hubiera llegado al círculo cercano del dictador»

Franco debía de tener pocas luces cuando Filek logra ganarse su confianza y la de su círculo familiar.

Esta es una historia donde los cuñados, Serrano Suñer y Felipe Polo, tienen mucho que ver, porque Filek, sin el primero, no hubiera llegado al círculo cercano de Franco, y sin el entusiasmo del segundo en su defensa de la filekina, no hubiera tenido el reconocimiento oficial que tuvo por medio del BOE y de los edictos.

Su libro es una forma de acercarse a la Guerra Civil y la posguerra diferente a la novela tradicional.

Este tío se libra de Paracuellos por los pelos, que es un episodio que a nadie le interesa utilizar en la literatura, que queda como feo. Cuando me puse a investigar a Filek no sabía que había estado a punto de morir en Paracuellos ni de su experiencia carcelaria. Lo que tienes que hacer es seguir la pista a un tipo y contar su historia. La guerra civil es bastante secundaria en esta historia, pero curiosamente un episodio como Paracuellos, que no aparece en muchas novelas, sí tiene una importancia aquí.

«Algún día habrá que llegar a un consens sobre la Guerra Civil y habrá que contar las cosas como fueron»

Este es un hecho de la Guerra Civil que la derecha ha recordado, pero que la izquierda quiere olvidar.

Sí, desde el punto de vista político, porque Carrillo era el secretario general del PCE, pero luego tampoco ha quedado en la historia en el imaginario general. Algún día habrá que llegar a un consenso sobre la Guerra Civil y habrá que hablar de las cosas como fueron y no cómo hubiéramos querido que hubieran sido y Paracuellos fue uno de los grandes desastres que sucedieron en el bando republicano.

Acontecimientos a los que le llevan esas vidas, lo que le permite plantear la historia de una forma objetiva o, al menos, lo más honesta posible.

Intento un acercamiento imparcial, donde da igual lo que yo piense o cuál sea mi ideología. Lo que intento es la aproximación más fiel a la verdad, aunque la verdad absoluta sea imposible.

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