Un cantaor flamenco con ocho apellidos vascos
Lander Egaña, bilbaíno de varias generaciones, se gana la vida en Jerez cantando por bulerías en los tabancos
En algunos sectores de la sociedad vasca no ha hecho gracia la película «Ocho apellidos vascos» porque sus responsables han contratado a una actriz madrileña, Clara Lago, y ponen a un sevillano a hacerse pasar por bilbaíno. Pero la realidad siempre supera a la ficción. Los creadores de la cinta tampoco han sido tan ingeniosos. Porque entre el País Vasco y Andalucía hay intercambios muy elocuentes. El más llamativo es el de Lander Egaña, un joven natural del casco viejo de Bilbao, hijo y nieto de vascos por los cuatro costados, que triunfa en los tabancos de Jerez de la Frontera cantando por bulerías. Lander, que se anuncia en los carteles como «Maizenita», tiene un soniquete tremendo y conoce bien los entresijos de los cantes. Borda los fandangos del Gloria y tiene buen sonido por soleá. Su pronunciación cuando canta, además, le podría hacer pasar por hijo del barrio de Santiago. Pero cuando conversa le sale el acento cerrado vizcaíno.
Su amor por el flamenco le viene heredado de su padre, Iñaki Egaña, que fue bajista de grupos como Barrabás, Los Bravos o Imán Califato Independiente, uno de los grandes referentes del rock andaluz. Iñaki comenzó a llevar a Lander a los centros andaluces de Bilbao y a distintas salas de concierto para que le escucharan sus primeros fandanguitos acompañado a la guitarra por Gaiza Baena. Y cuando vio que el niño tenía maneras, tomó una decisión crucial: cogió los ahorros de toda su vida trabajando y alquiló una casa en Jerez para llevarse a su chaval a codearse con los grandes monstruos del cante. Y allí llevan ya varios años. Lander ha crecido tanto como artista que ya participa en programaciones de peñas y en festivales. Al fin y al cabo, le relación del flamenco con Bilbao es larga. De hecho, los últimos grandes discos sobre el cante jerezano, con figuras como Agujetas, El Torta, Juana la del Pipa o La Macanita los ha realizado la caja de ahorros de Vizcaya, la BBK, que organiza un multitudinario festival en Bilbao que este año contará, a partir del 30 de abril, con figuras como Rancapino y Juan Villar. Dos cantaores admirados por Lander, que ama Andalucía pero nunca olvida de donde viene. Es un cantaor flamenco con ocho apellidos vascos. Una historia real que bien podría llevarse al cine.
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