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Ópera

Carlos Álvarez: «Mis otorrinos me dijeron: Carlitos, puede que nunca vuelvas a cantar»

El barítono, que triunfa en el Maestranza con «Don Giovanni», recuerda el peor momento de su carrera artística

Carlos Álvarez: «Mis otorrinos me dijeron: Carlitos, puede que nunca vuelvas a cantar» vanessa gómez

jesús álvarez

A pesar de una afección catarral, Carlos Álvarez regresó con éxito el pasado viernes al teatro de la Maestranza con «Don Giovanni» , la primera ópera de la temporada. Su vuelta al coliseo sevillano no ha sido fácil después de que hace más de diez años hiciera «Macbeth». A los dos días de iniciar los ensayos cayó enfermo y tuvo que encerrarse en su casa sevillana, con su mujer, varios días, a base de antibióticos y antiinflamatorios. Poco antes del estreno del pasado viernes, bromeaba con ABC diciendo que «el día que nos hagan las pruebas antidoping a los artistas que salimos al escenario, a más de uno no nos dejarían volver a cantar».

En la entrevista recuerda el peor momento de su brillante y dilatada carrera artística, que le ha llevado a los mejores teatros del mundo, tras detéctarsele una grave lesión en las cuerdas vocales. «Mis otorrinos de Málaga, que son mis amigos, me dijeron en febrero de 2009:«Carlitos, cabe la posibilidad de que no cantes más». Ése fue el peor momento, confiesa el barítono malagueño. «Pasé tres veces por el quirófano y estuvimos en plan ensayo error, ensayo error, hasta que todo evolucionó bien. Y los teatros actuaron con mucha comprensión conmigo, permitiéndome una adaptación gradual con papeles que iban aumentando el nivel de exigencia vocal», comenta a ABC.

Ahora se siente «totalmente recuperado» e incluso se va a atrever con una «Tosca» en Génova el próximo mes de diciembre, tras su paso por el Maestranza.

Respecto a cómo se cuida su voz, afirma: «Hay cantantes que se obsesionan demasiado y no creo que sea demasiado sano. Yo procuro no hacer barbaridades como tomar cosas muy frías o muy calientes. Una higiene vocal lógica es suficiente, aunque a veces eso no es compatible con nuestra forma de vivir, porque los españoles somos dados a hablar un poco más alto de lo deseable y el ruido ambiental es excesivo y evitar esas circunstancias es necesario».

—Evitará entonces los bares de Sevilla...

—Eso es muy difícil (risas), pero la gente aquí habla tan alto en los bares...

Respecto a la crisis en España, dice que «lo único bueno en cultura es que va a sobrevivir es la excelencia porque ya no vale todo, como antes. La gente no tiene tanto dinero y se ha vuelto más crítica y exigente. Sabe mejor lo que quiere y cómo lo quiere».

Y se lamenta de que los recortes de los últimos años hayan hecho que todos los teatros españoles juntos no lleguen ni al 80 por ciento de las 350 funciones que programa un solo teatro centroeuropeo en un año como la Opera de Viena.

Respecto a la convivencia de Halffter y Axelrod en el Maestranza, tras el acuerdo salomónico entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, enfrentados por essta cuestión, cree que funcionará bien «durante los dos próximos años. Sin Halffter en la orquesta se ahorran los conflictos con los músicos y yo creo que puede evolucionar bien, auque yo veo esto como una etapa de transición», comenta.

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