¿Qué fue del Tijeritas?
Dio un pelotazo con «ay, garabí, garabí», que en realidad se titulaba «Del Sur a Cataluña», y ha llegado a grabar 22 discos. Pero su fama se diluyó y ahora...
Es raro encontrar a alguien que no conozca la letra «ay, garabí, garabí, garabí, ay, garabí, toca al compás de la flauta y también del tamboril» y sepa darle su entonación correcta. Aquel tema del disco «Sueño con las estrellas» se titulaba en realidad «De Cataluña al Sur» y fue un pelotazo memorable para su autor, José Soto Cortés, un malagueño que entonces apenas tenía 22 años y que se dio a conocer como Tijeritas gracias a Camarón, que fue quien le puso el apodo porque le acusaba de no terminar ninguna letra, de cortar todos los cantes.
Su irrupción en la música se había producido cuatro años antes de aquel gran éxito, en 1982, con el disco «Pegaso que tiene alas», producido por uno de los promotores musicales más importantes de este tiempo, Capi, quien lo vio en Madrid después de que se lo llevara para la capital uno de los grandes genios desconocidos de Málaga, el Chino, del grupo Arte 4, un cantaor descomunal que pasó gran parte de su vida en Venezuela y que empezó a ser reconocido en su tierra tras su muerte.
A partir de ahí, la carrera del Tijeritas fue meteórica, sobre todo en Cataluña, donde sus seguidores fueron legión. Sin embargo, el triunfo absoluto del «garabí», del que vendió un millón de copias en unos años en los que llegó a firmar 105 galas en una temporada con un caché de cuatro millones de pesetas por cada una, fue también una especie de condena para él, ya que aunque ha seguido grabando discos hasta firmar nada menos que 22 -el último lo público en 2012 con el título «Farolillos y cadenetas»-, apenas aguantó unos años más en las gasolineras y acabó regresando casi al anonimato. Sigue teniendo un público fiel, pero aquel joven camaronero tiene ya 50 años y apenas aparece en los carteles.
Continúa en activo, pero sólo sus más incondicionales, que se encuentran principalmente entre los gitanos de toda España, le siguen los pasos. Aunque él sigue manteniendo la esperanza de encontrar otro «garabí» que le devuelva la fama.
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