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Reedición de «El Patio»

Triana, cuarenta años después

Eduardo Rodríguez, guitarrista, y Gonzalo García-Pelayo, productor, repasan la gestación en 1975 del primer y mítico álbum del grupo sevillano

Triana, cuarenta años después abc

jesús morillo

Sábado 24 de mayo de 2014. El Festival Territorios Sevilla homenajea a Triana, el grupo que fue el santo y seña del rock andaluz. Sobre el escenario: Kiko Veneno, Andrés Herrera «Pájaro» -guitarrista de Silvio-, Jota, de Los Planetas; Argentina... Es decir, músicos andaluces de varias generaciones reivindicando el legado y la actualidad de la banda sevillana más reconocida, con más de cuatro millones de discos vendidos y una legión de fans en España más cuatro décadas después de su formación. De la vitalidad de Triana es también una buena prueba la reedición que ha realizado Rhino de «El Patio» (1975) con motivo de los cuarenta años de su publicación, que incluye cuatro inéditos rescatados de un directo de 1975 en su versión en CD y se publica de nuevo en vinilo tras estar años descatalogado. El álbum, con clásicos de la banda como «Abre la puerta» y «Sé de un lugar», es la piedra angular del rock andaluz y un camino por el que se internaron de Alameda a Medina Azahara. Además, «El patio» suele aparecer en todas las listas que realiza la prensa especializada sobre los mejores discos del rock español.

«El ideario estaba claro para Jesús y para mí: la renovación de la música española. Estábamos hartos de copiar a extranjeros», afirma Eduardo Rodríguez, el único miembro que sobrevive del grupo, tras las muertes de Juan José Palacios «Tele» en 2002; y de Jesús de la Rosa en 1983, este último en un trágico accidente que puso fin a la banda. El guitarrista abandonó la música y vive desde hace veinticinco años en los Caños de Meca. «Me dediqué a la naturaleza y a vivir», señala.

Los tres venían de otros grupos, como recuerda su productor Gonzalo García-Pelayo, quien ya había trabajado con Smash. «Tele estuvo en la última formación de Gong, Jesús en Nuevos Tiempos y Eduardo en Los Payos», comenta el también cineasta, que tuvo noticia de ellos tras la publicación del single que les produjo Teddy Bautista, donde aparecían «Recuerdos de una noche» y «Bulerías 5x8».

El grupo se gestó, explica Rodríguez, «cuando apareció en mi casa de Madrid Jesús de la Rosa, a finales de 1973 o 1974, en la que fue la mejor aparición que he tenido en mi vida. Compartíamos ideario: reivindicar lo andaluz fuera de los tópicos y crear una nueva música que luciera con luz propia. Después se sumó Tele y fue un subidón trabajar con dos grandes artistas». García-Pelayo coincidía en planteamiento: «Hacer lo mismo que los americanos no sirve de nada. Tu tiempo es el rock, pero tu espacio es Andalucía».

Esa idea se concretó en unas canciones que bebían del rock progresivo y que se internaban en el legado musical andaluz, especialmente, el flamenco. «Sus raíces eran Procol Harum, Steve Winwood, King Crimson... No voy a decir que Triana eran mejores que King Crimson, pero son mejores que muchos grupos ingleses de la época, porque fueron uno de los mejores grupos de rock del mundo. De hecho, creo que son mejores que Emerson, Lake & Palmer», asegura García-Pelayo.

La preparación de los temas de «El Patio» se inició un año antes en la casa que tenía el guitarrista en Madrid, «donde tenía un estudio forrado con cartones de huevos». Después ensayaron en casa de Javier García-Pelayo. Su hermano, Gonzalo, había puesto en marcha el sello Gong. «Entonces ya tenían el primer disco en mente. Cuando llegaron al estudio, la música estaba muy ensayada. Contaron con muy buenos músicos invitados, como Mano Rosa y Antonio Pérez. Se terminó de mezclar el amanecer del 21 de marzo». «El patio» se publicó un 14 de abril, el mismo día que se publicó, precisamente con esa fecha como título, el primer álbum de Goma, donde militaron Manuel Imán y Antonio Smash.

«Coincidió con el final del franquismo. Venía una nueva España. Hicimos una fusión fantástica. Triana marcó un nuevo camino», señala Rodríguez. Pero ese camino se abrió lentamente. «En la primera liquidación que hice se habían vendido 19 discos», señala García-Pelayo. El boca a boca y los conciertos les hicieron ganar adeptos en el espacio de dos años. «El grupo no empezó a despegar en ventas hasta la grabación de “Hijos del Agobio” (1977), donde yo tenía la ilusión de que podía vender 15.000 copias y al final se vendieron 150.000. Su éxito fue gracias al boca a boca. Los medios de comunicación no lo apoyaron en ningún momento», añade García-Pelayo.

Cuarenta años después el disco vuelve a reeditarse, en lo que es una nueva prueba de que «en España se nos quería muchísimo y se sigue valorando al grupo. Mi nieta vino el otro día con un amigo de quince años que era admirador de Triana», señala Rodríguez. La única espina clavada que tiene con esta reedición es que «es una pena que Jesús y Tele no estén aquí para disfrutarlo, aunque seguro que lo están haciendo allá donde estén».

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