Concierto en FIBES
«No me pises que llevo chanclas» caldea la noche a base de «agropop»
El grupo palaciego estrenó anoche la gira en la que presentan su último disco, un repaso de sus grandes éxitos
Quien pensara que «No me pises que llevo chanclas» y su «agropop» era un producto finiquitado y anacrónico ya puede ir retractándose. Aunque es verdad que durante unos años han protagonizado su particular travesía del desierto, lo cierto es que anoche, gracias al conciertazo que se marcaron en Fibes , quedó más que patente que aún les queda bastante carrete y, lo más importante, que el público les sigue queriendo y sigue disfrutando con su original forma de hacer música.
La noche se presentaba malaje en Sevilla , con el cielo amenazando aliviar sus nubes y los grajos volando cada vez más bajo. Ante este gélido panorama tan a trasmano para una primavera hispalense, los cuerpos se entrecortan y hace que amainen las ganas de muchas cosas, entre otras de ir a un concierto de «Los Chanclas». Al grupo palaciego apetece mucho más verlo en un festival de verano o en un recinto ferial —para dar rienda suelta a la desinhibición de los sentidos que provocan su animosa música y sus divertidas y guasonas letras— que en un recinto con asientos y con los siete u ocho grados que marcaban anoche los termómetros de la capital andaluza.
Pepe Begines y los suyos, curtidos ya en mil batallas , eran conscientes de ello y arrancaron la presentación de su disco «25 años de agropop» con «Canario», uno de sus clásicos con una letra aparentemente triste pero que transmite una profusa energía. ¿El resultado? El auditorio al completo saltando y cantando desde el minuto uno.
Y es que a la frescura y desparpajo de sus primeros discos y conciertos hay que sumarle el valor añadido de la veteranía en el directo, con un cuarto de siglo a sus espaldas paseando su espíritu sureño por los escenarios de toda España. La culpa de que esto ocurra es principalmente de Pepe Begines, que se mueve como pez en el agua delante del público. De hecho, el propio cantante reconoce que es el momento en el que más a gusto se siente. Algo de lo que dejó constancia anoche con un amplio ramillete de guiños humorísticos antes, durante y después de las canciones, que hicieron que el graderío permaneciese «on fire» durante todo el concierto , y además supo descorchar rebosante de alegría, ingenio y tablas, muchas tablas, uno a uno todos los éxitos del grupo.
Temas como «Las calles de Chicago», «¿Y tú de quién eres?» , «An ca Conil», «Footing tonight», «Cansión de amor a una portera de furbo», o la mítica «Bolillón», hicieron disfrutar de lo lindo a las 2000 personas que llenaron el auditorio sevillano. Mención aparte merece la participación de un invitado de excepción, Kiko Veneno. El artista catalán y el palaciego cantaron a dúo «Las calles de Chicago» y «Joselito» con una complicidad que solo puede surgir fruto de una estrecha amistad.
De este modo, la formación sevillana demuestra que mantiene intacta la frescura de sus primeros discos, y que están curtidos y preparados para el ilusionante año que se presenta en clave agropop, ese estilo musical que inventaron en el ocaso de los ochenta y con el que arrasaron en las listas de ventas de los noventa (un disco de oro y otro de platino dan fe de ello) gracias a ese desparpajo innato con el que narraban de un modo desenfadado pero fiel a la realidad que vivía su entorno, con letras de jornaleros de litro y medio, de tascas y de manchones. Hasta ahora tienen firmados 30 conciertos , y esperan alcanzar el doble. Para lograr esas más que respetables cifras sirvió entre otras cosas la cita de anoche, que se encargó de añadir viento y astillas a un rescoldo que parecía apagado y que quedó patente que no lo está.
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