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CONTEMPORÁNEA

Elena Mendoza, la primera sevillana en estrenar una ópera en el Teatro Real

El próximo lunes se presenta «La ciudad de las mentiras», una obra basada en relatos de Juan Carlos Onetti

Elena Mendoza y Matthias Rebstock durante los ensayos de «La ciudad de las mentiras» JAVIER DEL REAL/T. REAL

JESÚS MORILLO

Elena Mendoza va a formar parte el próximo lunes de la reducida lista de compositoras que han estrenado una ópera en el madrileño Teatro Real . Será la primera sevillana que estrene en el auditorio madrileño y lo hará con «La ciudad de las mentiras» , una obra que la compositora, premio nacional de Música en 2010 y residente en Berlín, prefiere denominar «teatro musical contemporáneo» y que es la segunda, tras «Niebla» que ha escrito junto al director de escena Matthias Rebstock .

Ambas tienen como nexo de unión la literatura: en aquella la «nivola» de Miguel de Unamuno, mientras que su próximo estreno se acerca a la «mentira existencial» , según sus palabras, de los personajes del uruguayo Juan Carlos Onetti . «La situación actual de la música es de apertura a otras formas de expresión , con la relación con otras artes y otras músicas. Es un momento de interacción en el que la música contemporánea ha salido de esa idea tan hermética de la posguerra y vamos avanzando a una apertura mucho mayor», explica la compositora.

El origen de este proyecto es un encargo realizado a finales de 2010 por el fallecido Gerard Mortier cuando estaba al frente del Real y que debió estrenarse en noviembre de 2014, pero que el teatro aplazó por diversas circunstancias. La obra se basa en cuatro relatos de Onetti situados en la ciudad imaginaria de Santa María , en una obra coral , «todos los intérpretes que están en escena tienen el mismo peso y responsabilidad», en la que participan cantantes, actores e instrumentistas, diluyendo así las fronteras genéricas entre ópera y teatro.

«A nosotros no nos gustan las etiquetas», señala la compositora sevillana, pues «combinamos la composición de una partitura con métodos del teatro experimental contemporáneo, donde nos reunimos con los intérpretes con el material no definido y hacemos sesiones de improvisación para posteriormente ir fijando el material. No trabajamos con el método de ópera tradicional de libreto, compositor, director de escena... sino que nos inventamos primero la escena y después, el texto y la música que tienen. Hay escenas donde domina la acción, en otras la música, en otras el texto... lo que hace que en la obra final haya un equilibro de fuerzas».

Esa «espontaneidad» que permiten estos métodos teatrales, provoca «otras interacciones entre texto y música que después se fijan en la partitura . Así, en la obra nos alejamos del concepto de ópera de cantantes en escena e instrumentistas en el foso, sino que hay dieciséis personas en escena entre cantantes, actores e instrumentistas», a los que se suma la orquesta del Real en el foso.

Todos pondrán en escena una obra, que se representará en cinco funciones del 20 al 26 de febrero, que tiene como base cuatro relatos de Onetti con protagonismo de mujeres y poblados de personajes que encuentran en la mentira la forma de escapar del fracaso y la opresiva Santa María. «Es la mentira existencial. Son personajes fracasados que consiguen sobrevivir inventando una realidad paralela y una identidad ficticia , mucho más importante y real que lo que se considera realidad».

La debacle de la crisis

Elena Mendoza, que reside en Berlín donde es catedrática de composición en la Universität der Künste , no oculta la «ilusión» de poder llevar esta obra al Teatro de la Maestranza de Sevilla, una ciudad en la que han estrenado sus obras la ROSS y agrupaciones contemporáneas como Taller Sonoro .

La sevillana fue la primera compositora española en ganar el Premio Nacional de Música en 2010 . Sin embargo, reconoce que no podría desarrollar su carrera en España. « Es muy difícil ser compositor en España y por eso me quedé en Alemania, porque puedes labrar tu carrera haciendo encargos y conciertos, optando a becas y residencia de artistas».

«He trabajado en Sevilla y en España antes de la crisis, pero ahora estoy centrada más en la actividad en Alemania, porque a partir de 2011 esto fue una debacle », indica. Las razones, explica, no son solo económicas, sino que también están relacionadas con la altísima dependencia de las instituciones culturales de los vaivenes políticos.

Porque con la llegada de la crisis, se produjo una diáspora de músicos españoles, el caso, por ejemplo, de los sevillanos Juan Pérez Floristán o Víctor García García . «Hay muchísimo talento y sobre todo en Andalucía. Me sorprende la gente que llega a Berlín desde España. Es un caso paralelo a la fuga de cerebros .Aquí las instituciones son más sólidas, tienen más presupuesto, capacidad de planificación y visión».

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