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Concierto en FIBES

Ismael Serrano exhibe en Sevilla la vigencia de la canción de autor

El artista madrileño celebró anoche en el Auditorio Fibes sus 20 años de carrera

Ismael Serrano en un momento del concierto de anoche

Fernando Rodríguez Murube

Ismael Serrano lleva dos décadas tomándose muy en serio la música, la actitud poética y responsable, la cuestión ética de ser; veinte años haciendo vigente un género — la canción de autor — que para muchos es poco menos que un anacronismo; y otros tantos invitando al debate, a cuestionar lo que pasa y, en definitiva, a desarrollar un espíritu crítico.

De todo ello dejó constancia anoche el madrileño en  Sevilla,  concretamente en el auditorio FIBES , adonde se acercó para celebrar tan redonda efeméride ante un auditorio prácticamente lleno y para la que ha grabado un disco en directo que reúne sus grandes éxitos, algunos inéditos y una selección de temas ajenos extraídos de su cancionero de cabecera. «20 años – Hoy es siempre», se llama.

Pese a que ha llovido bastante desde que en 1997 publicara su brillante ópera prima, «Atrapados en azul» , y por ello haya quien piense que su vocación social pudiese sufrir un desgaste, lo cierto es que el artista está con más ganas que nunca de despertar conciencias, sigue mirando al conflicto y sigue indignándose y emocionándose como el primer día. Su aspecto pausado y tranquilo es solo fachada, a través de sus canciones y de sus reflexiones queda más que patente que sigue ardiendo interiormente como un cirio.

Siempre bajo un barniz pesimista no exento de esperanza, Ismael vuelve a cargar las tintas una y otra vez con sus textos más reivindicativos , precisamente los más aclamados por el público, durante las tres horas de concierto. «La llamada», «Ya ves» (cantada a dúo con el sevillano Manuel Cuesta), «El día de la ira» o su canción emblema «Papá, cuéntame otra vez» , son solo algunas de las muescas de un revolver que apunta directamente a la conciencia. «Cantar estos temas es compartir nuestra indignación para así no sentirnos solos», explicó el cantautor.

En rigor, cabe decir que no solo del inconformismo ha vivido el vallecano durante estos veinte años. Además de la denuncia social, el amor es el otro riel por el que ha transcurrido su carrera. En este sentido, se agradece una barbaridad que artistas como Ismael Serrano gusten de ahondar en aspectos en los que actualmente la música presenta un discurso simplificado, véase el amor o la poesía; el madrileño profundiza y no escatima en desglosar todas las aristas y los matices de tan vastos y apasionantes campos. «Absoluto» , «Pequeña criatura» , «Te vas» y «Recuerdo» pueden dar fe de ello.

Capítulo especial merece la forma que tuvo Ismael de encadenar las canciones. A base de interesantes diálogos con una flor, una hermosa rosa roja reposada en un taburete que tenía voz propia, el artista mezclaba detalles humorísticos con reflexiones propias y ajenas (Chaplin, Shakespeare, Churchill...) para dar paso al siguiente tema. Muy original.

De los cuatro inéditos que estrena en esta gira destacó «Nieve» . Abrigado en una melodía que estremece, este tema tiene una puesta en escena muy particular que añade más congoja si cabe, en la que la voz de Ismael luce brillante narrando la historia de una pareja de marionetas. Una paradójica sensación de un frío que calienta se apoderó por unos instantes de las tres mil almas que anoche disfrutaron del concierto en el magnífico auditorio hispalense.

Ismael muestra su buen gusto no solo componiendo sus propias canciones, anoche también dejó constancia de ello a la hora de versionar temas ajenos, tanto en la elección como en la interpretación. Así, cantó con elegancia y con su sello característico, intercalados con éxitos propios, «Las cuatro y diez» de Luis Eduardo Aute; «Todo cambia» del chileno Julio Numhauser y que con tanto acierto posteriormente popularizó la eterna Mercedes Sosa; «Ojalá» , ese sublime himno creado por el gran Silvio Rodríguez, uno de sus maestros y que el propio Ismael Serrano catalogó como «la mejor canción que se va a cantar aquí esta noche»; «Y sin embargo» de Sabina; y «Aguas abril» de Luis Pastor. Hay veces en que salirse de la propia piel puede deparar sorpresas de lo más agradables y emocionantes. Lo de anoche es un claro ejemplo de ello.

Sin duda, un concierto muy completo cargado de detalles que sus fieles seguidores supieron captar y valorar desde el primer momento hasta terminar desatados, despidiendo con una atronadora ovación final al cantautor madrileño.

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