Hazte premium Hazte premium

CONCIERTOS SEVILLA

Rozalén: «Le doy mil vueltas a lo que escribo para no molestar a nadie»

Este sábado la cantante estará en Fibes presentando su último trabajo titulado «Cuando el río suena…»

La cantante albaceteña Rozalén ABC

EZEQUIEL MENDOZA

María de los Ángeles Rozalén Oruño (Albacete, 1986) terminó sus estudios en Psicología, cogió su maleta y se fue a Madrid a estudiar un master y a buscar trabajo.

Allí, empezó a buscar bares en los que poder cantar y, con los años, a base de mucho trabajo, ha conseguido hacerse un nombre en la música española. Un nombre que no deja de crecer y que se ha convertido en un altavoz por el que retumban palabras como «feminismo» y «solidaridad» .

Actualmente, Rozalén está sumergida en una gira por todo el país, defendiendo «a muerte» su último trabajo, «Cuando el río suena…» , que le ha llevado a estar en el top de ventas de España.

Un disco en el que cuenta historias, vivencias y recuerdos de su abuela, sus padres… Historias que lleva escuchando toda la vida, que siente como propias y a las que ha vestido de canciones, con letras cuidadas al detalle y melodías muy eclécticas .

Este sábado, Rozalén visitará el Auditorio de Fibes para presentar este último álbum, haciendo un recorrido, además, por los principales temas de su carrera.

He visto que La Pegatina acaba de publicar un tema nuevo en el que colaboras. Son ya muchos los temas famosos con otros artistas que cuentan con una colaboración de Rozalén: Tote King, Rayden, El Kanka… ¿Cómo trabajas las colaboraciones? Porque no es lo mismo que cantar un tema tuyo, supongo.

Claro. Bueno con el Tote King, por ejemplo, mi parte la compuse yo. Con La Pegatina es de ellos. Pero para mí esta es una de las partes más importantes de mi trabajo, el compartir música con mis compañeros. Es lo que más disfruto.

Hablando de tu disco, «Cuando el río suena…», en él se cuentan historias que son más ajenas que propias. ¿Cómo lo abordas a nivel compositivo?

Es ajeno, pero no tan ajeno porque son historias de mis padres y de mi abuela. Son cosas que he visto en casa y que las sufres un poquito porque eres hija y nieta. Entonces, claro, me gusta mucho hablar en tercera persona, pero estas historias me han tocado la patata mucho más.

Este trabajo, además, pasa por melodías muy distintas: del flamenco al tango, la rumba, el folk… Muchas veces, incluso dentro de una misma canción. Cuando tienes una canción entre las manos, ¿cómo surge la melodía para que esa fusión sea tan natural?

Vengo de la generación en la que ya hemos podido acceder a toda la música. Escucho mucha música y muy diferente desde que era niña. Empecé tocando folk de La Mancha, escuchaba cantautores, mi madre me cantaba coplas, mi hermano me ponía rock, yo escuchaba hip-hop. Entonces, todo eso, a la hora de componer, es inevitable que salga. Pero a mí me parece que es mucho más rico si bebes de un montón de estilos diferentes.

Estudiaste Psicología y tienes un master en musicoterapia. ¿Recuerdas el momento en que dejabas la Psicología atrás y que lo de cantar iba en serio?

Bueno, cantar canto desde que hablo [risas]. En realidad, la música siempre ha estado ahí. Cuando acabé la carrera me vine a Madrid a estudiar musicoterapia y a buscar trabajo, así que fue como el intento de decir «quiero que me den fecha en bares y quiero tocar ahí». A mí, a día de hoy, me sigue alucinando lo que me está pasando. No sé las vueltas que dará la vida, pero lo mejor que te puede pasar es dedicarte a lo que realmente te hace feliz. Pero no recuerdo así ningún punto exacto. Me parece todo un regalo conforme me va pasando.

¿Entraste en Psicología con vocación de tener una consulta o en el fondo sabías que querías algo más?

La psicología me gusta. Además, la musicoterapia era la unión de varias pasiones mías ¿no? Me gustaba la psicología social, el trabajo social y la música. Entonces, ahora siento que hago un poquito las dos cosas, en las canciones y en los conciertos.

¿Qué es lo que más te cuesta asimilar de todo lo que te está pasando?

Lo que más me cuesta es el tema de la exposición, claro. El que todo el mundo opine sobre todo lo que hago o digo. El tener que darle mil vueltas a las canciones y a las publicaciones para no molestar a nadie… Te sientes un poquito menos libre. Pero eso, a la vez, es algo positivo porque tus canciones están llegando a mucha gente y por eso ya te reconocen. Pero, vamos, que no lo cambio por nada. Como en todos los trabajos hay cosas que son un poco peores, pero compensa. Compensa siempre.

Podríamos decir, entonces, que a diferencia de cuando empezaste ahora te muerdes un poco más la lengua ¿no?

[Piensa] Bueno, creo que no. En este disco he sido aún más reivindicativa [risas]. Sí que es verdad que le doy muchas más vueltas a todo. Pero creo que cada vez somos más valientes. Con más cuidado, pero hay que decir las cosas. Las formas son muy importantes [ríe].

Pasa una cosa curiosa y es que, si buscas en Google noticias con la palabra «Rozalén», casi todos los titulares de las entrevistas llevan la palabra «feminismo».

Bueno… [Ríe]. Sí, porque parece que es un tema que ahora está muy en auge, ¿no? Pero ya desde el primer disco yo canto a la mujer. Tengo una canción que se llama «Las Hadas Existen» que siempre me la han pedido… Yo he sido así siempre, pero como ahora está de moda hablar de esto, pues les parece importante. Y a mí también me parece importante, así que cuanto más se hable mejor. Y es verdad que está habiendo un movimiento de interés, que la gente empieza a interesarse por los conceptos, por lo que realmente significan, y es bueno posicionarse. A mí me gustan los artistas comprometidos y que se mojan y más cuando son temas tan importantes y tan serios como la igualdad o que sigan asesinando mujeres en sus casas. Hay que seguir.

Además de al «feminismo», tu música y tu trabajo están vinculados a la palabra «solidaridad». Parece que se valora poco a día de hoy ser solidario...

Lo del tema de la solidaridad es raro que te lo saquen en todos lados porque, uno si es solidario, no se le debería de aplaudir. Pero como es una cosa que llama la atención pues se habla sin problemas… A lo mejor así más gente se decide a subirse al carro. Yo vengo de esa educación y era mi vocación, dedicarme a la psicología social.

Ya son muchos años los que llevas en la carretera y, aunque reconoces que todo va sobre ruedas, ¿alguna vez has necesitado hacer un alto en el camino para reflexionar, parar y mirar atrás?

Sí, es super importante parar y reflexionar sobre todo lo que te pasa, porque es que, si no, no se saborea. Entonces, sí, ahora quiero defender esta gira a muerte, pero tiene que haber un momento de parón, de coger impulso y seguir.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación