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CYRANO DE BERGERAC

José Luis Gil: «El señor Cuesta también tiene muchas cosas que lo harían muy Cyrano»

El actor maño, conocido por el éxito en televisión de sus personajes de señor Cuesta o Enrique Pastor, regresa a Sevilla después de cuarenta años para protagonizar el clásico de Edmond Rostand

José Luis Gil caracterizado como Cyrano de Bergerac ABC

PEDRO YBARRA

Después de más de cuatro décadas José Luis Gil cumple uno de sus sueños: regresar al teatro Lope de Vega de Sevilla donde no actuaba desde que tenía dieciséis años. Tras lograr grandes éxitos en televisión (interpreta a Juan Cuesta en la popular serie «Aquí no hay quien viva» y Enrique Pastor en «La que se avecina») regresa a la capital de Andalucía con un personaje referente del teatro universal: Cyrano de Bergerac.

Un regreso esperado...

Fui a Sevilla a hacer teatro con 16 años, cuado era un adolescente y me encontraba haciendo las prácticas en arte dramático con una compañía semiprofesional. Estuvimos una semana precisamente en el teatro Lope de Vega, con una obra original sobre la vida de Cristo, y todavía no he regresado. Es la primera vez que consigo volver a Sevilla, porque me encanta esta ciudad. Tengo unas ganas locas de volver al Lope de Vega después de más de cuarenta años y nada más y nada menos que con Cyrano de Bergerac.

¿Qué supone volver a actuar en el Lope de Vega?

Es un teatro que siempre ha estado en mi cabeza como referente, incluso por lo que te pasa por la cabeza con esa edad. Es como el teatro Español en Madrid, en el que también trabajé cuando era un crío y siempre lo recuerdas como el teatro de verdad, auténtico, que están ahí... Son referentes y te apetece mucho trabajar allí. Estoy con un cosquilleo en el estómago que no es habitual.

Y además con la interpretación de un emblema nacional galo...

Es un referente del teatro universal. En Francia es la obra, el teatro, es el personaje cumbre. Me marcó mucho cuando estudiaba arte dramático donde hacíamos escenas de Cyrano y siempre me ha parecido un personaje inigualable, dentro de los principales de la dramaturgia universal. Le cogí mucho cariño porque me metí mucho en su historia, le comprendía muy bien... con catorce años. Luego ha evolucionado. Me interesa mucho el personaje. Es una obra perfecta con una carpintería teatral perfecta y con una maquinaria perfectamente engrasada a la hora de escribir el verso, y además se trata de un personaje apasionante.

José Luis Gil como Cyrano de Bergerac ABC

¿Es la primera ocasión que hace de Cyrano?

Así es. Nunca lo había interpretado. Cuando hacía arte dramático se hacían escenas concretas y se montaban para formación, pero nunca lo representé. Ni siquiera por mi cabeza pasó que lo fuera a interpretar alguna vez. Ha surgido la ocasión y nos embarcamos en esta maravillosa historia. Llevamos varios meses de gira desde primavera. Hemos estado girando todos estos meses. La obra llega a Sevilla en un punto perfecto. Ha crecido lo que tenía que crecer y está en su punto. Los sevillanos van a poder verla sin nervios ni inseguridades, porque llega a la ciudad en un momento de plenitud, antes de estrenar en Madrid. Un Cyrano inmejorable porque tenemos la sensación de que estamos haciendo la obra que queriámos hacer y está todo el engranaje perfectamente engrasado.

¿Se ha inspirado en alguna interpretación anterior del personaje?

He visto todo lo que ha caído en mis manos de Cyrano. La versión de Depardieu es el útimo referente que tenemos con la película de1990. Es un personaje que se acopla mucho al tipo de actor que lo hace. Hay tantos cyranos como actores que se atrevan a interpretarlo, porque todo el mundo puede verlo de manera distinta y siempre puede cuajar bien. No es muy interpretable en su esencia, pero sí en la manera de hacerlo porque todos tenemos un pequeño Cyrano dentro: cómo vivimos el amor frustrado, complejos... con la parte más altarena de Cyrano. Siendo un personaje arrogante, brillante y muy bien preparado. Tiene un poco todo lo que nos gustaría ser. Es el experto en todo que utiliza cada cosa cuando le conviene. Vive un amor muy profundo de una manera un poco frustrante, pero lo vive a tope.

¿Qué tiene este personaje frente a otros que haya interpretado?

El punto de conexión con cualquier personaje es la parte humana, y Cyrano tiene una parte humana a flor de piel constantemente. Es un personaje muy exigente a la hora de hacerlo, que se sufre mucho encima de un escenario y que se disfruta tanto o más como se sufre. Ese es el gran secreto de Cyrano. No hay nada mejor para un actor. Es algo impagable el hecho de estar más de dos horas metido en una aventura de un personaje tan brillane.

¿Le ha resultado difícil trabajar con una prótesis en la nariz?

Es algo a lo que te acostumbras. Es un trabajo que se va elaborando desde los ensayos, igual que andar con una capa, espada... y que parezca que llevas con estos elementos toda la vida. Lo de la nariz y la peluca es algo a lo que te habitúas. Lo que me despistaría ahora sería no hacerlo sin la nariz y sin la peluca, porque voy componiendo el personaje desde que me visto o me pongo la nariz. Me ayuda a componer el personaje esa hora anterior a la función que necesito para prepararme y meterme en su piel.

Todo el equipo recibió clases de esgrima para esta obra ABC

¿Que tendría este Cyrano del Señor Cuesta?

No lo sé. Seguramente el Señor Cuesta y cualquier personaje de ese estilo tiene mucho de Cyrano. Todo el mundo tiene algo de Cyrano. Todo el mundo tiene esa frustración que le ha impedido crecer o crecer mal en una etapa de su vida, ese amor imposible, ese momento que dejó escapar, ese defecto que él cree que tiene pero que solamente él es capaz de ver pero que le limita a la hora de ser el mismo... cada uno tiene un pequeño Cyrano dentro. No se como los guionistas consiguieron a Juan Cuesta, pero como lo hemos enseñado cara al público si tiene una parte de Cyrano. Yo dudaría más de la capacidad del Señor Cuesta o de Enrique Pastor a la hora de interpretarlo en su capacidad como actor. Es un personaje de una tremenda humanidad que vive de una forma tan intensa y que da tanta importancia a las cosas que todos damos importancia, como el amor o la integridad, que lo hacen muy Cyrano, pero no solo a él, sino a cualqueir persona que pares por la calle. Juan Cuesta tiene muchas cosas que lo harían muy Cyrano.

¿Comedia o en el drama?

Me muevo bien haciendo un texto que merezca la pena y que me guste. La pena de un actor es que nunca puedes ver la función porque formas parte de ella. No tienes esa visión desde fuera. Me interesa la sensación que tenga el público de todo lo que ha visto y vivido cuando termina la obra. Soy actor. Lo que me gusta procuro hacerlo lo mejor que sé. Creo que me muevo muy bien en la comedia pero también hice mucho drama. Es difícilísimo hacer bien la comedia. En el doblaje he hecho de todo, donde tienes que tener todos los sentidos en alerta desde las ocho de la mañana porque no sabes qué es lo que te va a salir por la pantalla y qué es lo que te va a hacer. No tengo predilección por hacer un género u otro. Lo que tengo predilección es por hacer cosas que merezcan la pena, me ilusionen, me gusten y me hagan ir a trabajar con ganas

La actriz sevillana Ana Ruiz y José Luis Gil sobre el escenario ABC

¿Que supone trabajar con Alberto Castrillo-Ferrer?

Es una maravilla trabajar con Alberto. Le conocí en el proyecto anterior, «Si la cosa funciona» de Woody Allen, donde también coincidí con la sevillana Ana Ruiz, Rocío Calvo o Ricardo Joven. Alberto tiene una manera de dirigir absolutamente amable pero firme, dondetodo va surgiendo del trabajo durante los ensayos es tremendamente creativo, sin tensiones y descubrí un director maravilloso. Ana es una actriz maravillosa, espero que algún se den cuenta todos de la dimensión que tiene Ana Ruiz, que además es cantante y tiene un carácter estupendo para trabajar. Lo mismo te podría decir del resto de compañeros.

¿Ha tenido que preparse de algún modo especial?

Tuvimos clases de esgrima durante todo el tiempo de ensayos todos los días, para tener las bases para poder montar lo que se ve en escena y íbamos toda la compañía. Durante dos meses tuvimos que ir todos los días de ensayo. Me gusta, es muy exigente físicamente y hay que ir con cierta predisposición al trabajo. No son florituras de mostras pequeñas habilidades con una espada. La preparación te pide físicamente un esfuerzo. Los duelos con las espadas requieren de una concentración especial porque siempre podría surgir cualquier accidente, y para eso se prepara uno, para que no suceda. Se convirtió en un elemento muy importante a la hora de ensayar, como el tratamiento del verso, la escenografía, el vestuario, todo...

¿Prefiere trabajar en verso o prosa?

Cuando estudiaba hacía mucho verso. Tenía unos referentes que me gustaban mucho. Estábamos acostumbrados a oirlo de una manera un poco a la antigua, como si fuera un encadenado de poemas , y no es tal. Mi referente siempre fue Manuel Dicenta, el gran actor. Decía el verso distinto. Parecía como prosa pero los versos encajaban todos. No forzaba ningún verso, siempre todos caían y sin embargo se los oías decir con una naturalidad que parecía prosa. Fue todo un hallazgo. Con aquella voz tan peculiar, el verso era una delicia. Son referentes y siempre pensé que era la persona que mejor decía el verso de los que había oído hasta entonces. Lejos de ser un problema, siempre pensé que había que apoyar la versión en verswo en toda su esencia porque encima de las tablas los personajes adquieren una dimensión teatral mucho más brillante, y en Cyrano debe ser así.

¿Por qué acudir a ver este Cyrano en Sevilla?

Pediría a los sevillanos que fueran porque, aparte de ser obra maestra y clásico contemporáneo, trata de muchas cosas que todos reconocen en el siglo que sea porque tratan de cosas que no varían: defectos, virtudes, el horror, amor, desamor, poder, envidia, traición... siempre es de actualidad. Nuestro Cyrano es un espectáculo brillante, con una sencillez que le permite ser más accesible para el público. Después de representarlo en distintas ciudades podemos decir por la respuesta del público que es un Cyrano que merece muy mucho la pena. Hay un trabajo detrás muy grande con el que conseguimos que la gente se embarque en la aventura de Cyrano durante más de dos horas en su más pura esencia, en lo que respecta a los sentimientos de cada personajes y lo que respecta a la historia que estamos contando con una absoluta fidelidad. Ofrecemos a través de Cyrano de Bergerac teatro en estado puro al que siempre hay que volver para no perder la referencia de lo que es ir al teatro, la liturgia, sentarse en un patio de butacas y que empiece el espectáculo. Que empiecen a pasar cosas y todas brillantes cuando se trata de una obra maestra como Cyrano de Bergerac.

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