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«Así que pasen cinco años», la premonición de Lorca en versión de Atalaya

El teatro Central acoge el estreno en Sevilla de esta coproducción con el Centro Dramático Nacional

El teatro Central acoge esta obra ABC

Marta Carrasco

Cuando Federico García Lorca finalizó su obra teatral, «Así que pasen cinco años» jamás hubiera podido imaginar la cantidad de premoniciones que aparecen en este texto y que se harían realidad. «Federico acabó la obra el 19 de agosto de 1931 y cinco años después, el 19 de agosto de 1936, el poeta fue fusilado. Son estremecedoras estas coincidencias», explicó Ricardo Iniesta, director de «Así que pasen cinco años», una obra de la Compañía Atalaya y el Centro Dramático Nacional que se podrá ver en el Teatro Central el 1 y el 2 de diciembre.

Es la tercera ocasión en que la compañía sevillana Atalaya aborda esta obra, calificada como «teatro imposible». La primera versión fue en 1986, «cuando todo el mundo miraba con ilusión a este país, un país luminoso, que acababa de entrar en la Unión Europea y al que le esperaba la Exposición del 92 o la Olimpiada . Treinta años después es un país desesperanzado del que se van los jóvenes, por eso esta versión es más cruel y oscura», dice Ricardo Iniesta que nuevamente está al frente de la dirección y que confiesa que dirigir «El Público», también de Lorca, le cambió la vida.

Cien ensayos por cada obra

Un segundo montaje de «Así que pasen cinco años» lo llevaron a cabo en 1994, y ahora en 2017, «esta propuesta no tiene nada que ver con el primero, en el que el elenco ha crecido en número -de seis a nueve actores de cuatro generaciones- y muchos de ellos surgidos de los talleres creados por el Centro Internacional de Investigación Escénica TNT que Atalaya creó en Sevilla en 2008». Iniesta califica el texto como poético y onírico, «Lorca lo escribe influido por los textos del libro de la interpretación de los sueños de Freud y las teorías de la relatividad del tiempo de Einstein, que había ido a la Residencia de Estudiantes a dar una conferencia».

Habitualmente Atalaya realiza unos cien ensayos antes del estreno de cada obra, «en esta ocasión han sido ochenta porque hemos estado haciendo «Marat-Sade» . Califica el texto como poéteico e hipnótico, y hay algunas anécdotas, como la actriz Carmen Gallardo, que en 1986 fue actriz revelación por su papel del Niño muerto, y hoy es una madre con canas.

El vestuario es de la diseñadora, Carmen Giles , habitual colaboradora de Atalaya desde sus inicios, la música de Luis Navarro y el estilismo de Manolo Cortés , y «una escenografía minimalista».

Durante la historia de Atalaya , compañía creada en 1983, Lorca se ha convertido en una de las cuatro columnas en las que se sustenta la compañía, un autor que Iniesta reivindica, «como quien podía haber sido uno de los grandes dramaturgos de la historia mundial si no nos lo hubieran arrebatado; para la literatura española y mundial es un tragedia lo que le hicieron en Víznar», asegura.

Treinta y siete países ha recorrido la compañía Atalaya con títulos como «Marat/Sade», «Madre Coraje», «La Celestina» o «Ricardo III», hasta un total de veinte producciones. Durante estos años se ha convertido en una de las escasas compañías teatrales estables de este país.

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