Hazte premium Hazte premium

Un superclase llamado «Encendido»

Martes de resaca que, por momentos, también miró de reojo a la Puerta del Príncipe

José María Manzanares en la Real Maestranza de Sevilla AFP PHOTO / Cristina Quickler

ALFREDO CASAS

Llegó el respetable a los tendidos maestrantes aún sin reponerse de la histórica tarde del lunes de farolillos. «El Juli» y «Orgullito» continuaban protagonizando los corrillos formados en los alrededores de la plaza. Martes de resaca que, por momentos, también miró de reojo a la Puerta del Príncipe .

La tuvo al alcance de su mano José María Manzanares tras desorejar al primero de su lote. Fue el segundo toro en el orden de lidia un astado de extraordinarias hechuras que, tras un simulacro de tercio de varas, comenzó a venirse arriba en el transcurso del tercio de banderillas. Definitivamente asentado en el ruedo, «Encendido» exhibió su bravo fondo y descomunal clase. De tener que escoger, me quedo con sus descolgadas, francas y hondas acometidas por el pitón izquierdo. Lástima que Manzanares se limitara a acompañarlo por naturales, propiciando que el «cuvillo» se quisiera subir a las barbas del conservador alicantino . Con el público entregado y el toro sin cuajar, montó el diestro la espada para cobrar una gran estocada al encuentro. Por mayoría absoluta, el presidente le concedió las dos orejas. Y todos contentos.

Sucede que Manzanares se empeñó en mantener en el albero al quinto de la tarde, un inválido que, miren por dónde, hizo un alarde de doble personalidad : a su altura, calamocheó para topar las telas, y por abajo se entregó y fue para delante. Que José María no optara por el último recurso mencionado, abandonando su suerte a su contundente manejo de la espada, resultó contradictorio. Lo tuvo tan cerquita...

Desrazado, de simple, sosa y pajuna movilidad fue el «zapato» colorado que rompió plaza. Difícil de comprender que «Blanquito» no rompiera a bueno con tan optimas hechuras. Completó el lote de Sebastián Castella un aleonado morlaco, de escurrido cuarto trasero, que condicionado por su falta de fondo y el encimista planteamiento del torero galo pronto acabó asfixiado y agarrado al ruedo.

Rubricó Alejandro Talavante su paso por la presente feria de Abril frente a un lote de muy dispar juego. Voluminoso y regordío el tercero, un colorado de ilustre reata que tras su reservón comportamiento en los dos primeros tercios -llegó incluso a amagar con rajarse a tablas-, fue ganando durante el último tercio de la lidia en nobleza, humillación y profundidad. Cierto es que «Asturiano», sin tener la calidad del segundo, tuvo raza y motor para propiciar los mejores naturales de la tarde, los que Talavante ajustó a la taleguilla y remató por debajo de la pala del pitón y detrás la cadera. Y el sexto fue el más deslucido del encierro. Remolón y a la defensiva, «Manzanillo» únicamente se empleó para echar el freno de mano y protestar.

Alfredo Casas (@casastorcida)

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación