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fórmula 1 / singapur

El adiós de Domenicali dividió a Alonso y Ferrari

El piloto español y su equipo se han distanciado desde que el ex jefe de la escudería fue destituido

El adiós de Domenicali dividió a Alonso y Ferrari reuters

j. c. carabias

La primera carga de profundidad de Fernando Alonso contra Ferrari en cinco años de convivencia («tengo que sofocar un incendio cada jueves. Algún día seré yo quien filtre noticias», dijo en Singapur) no habrá cogido desprevenido a nadie en la escudería italiana. Desde hace meses, concretamente desde el pasado 14 de abril, algo se ha torcido en la relación que mantiene el piloto español con Ferrari. Aquel día Stefano Domenicali se vio obligado a presentar como dimisión lo que fue un despido bien retribuido. Era el jefe del equipo, el primer ejecutivo y, además, un buen amigo de Alonso. El hombre que lo buscó cuando el asturiano conducía un Renault renqueante, el que apostó por él y el que lo fichó a cambio de 28 millones anuales. Han pasado cinco meses y la tensión es latente en un grupo que no carbura, un coche que no funciona, un piloto disgustado y un nuevo cuerpo directivo encabezado por Sergio Mattiaci que ya no respalda tanto como antes al protagonista.

«Ha cambiado mucho Ferrari desde hace unos meses», se escucha entre las voces que protegen a Alonso. El proceso público conocido se ha parecido como gotas de agua cada fin de semana de carreras: algún medio de comunicación italiano desliza una información que el piloto de Oviedo entiende se filtró desde Ferrari. Alonso pide cien millones por renovar, se encontró a la vuelta del verano. En Bélgica (21 de agosto) acaba el plazo para que Alonso conteste a McLaren, se dijo en otro foro. Y en Singapur, la última: un trueque entre Alonso y Vettel en Red Bull y Ferrari, según comentó Sky Italia.

Al calor de otras informaciones, Alonso también ha desmentido que su compromiso con Ferrari se pueda romper si la escudería no está entre los tres primeros del Mundial de constructores. Ya se ha visto en numerosas ocasiones cómo los equipos pueden favorecer o perjudicar a sus pilotos.

Después de Rosberg, que acaba de renovar tres años con Mercedes, el español es el tripulante de la F1 con el vínculo laboral de más larga duración, diciembre de 2016. Y en verano no tenía pensado cambiar de escudería, entre otras cosas por la procelosa y engorrosa tramitación de deshacer un contrato. Pero la tensión ha aparecido, entiende Alonso, por las filtraciones de Ferrari a la prensa italiana. El futuro es ahora imprevisible.

Uno de los asuntos que más inquieta al piloto es la configuración del coche de 2015. Mercedes cuenta con mucha ventaja (más de un segundo por vuelta) y a Ferrari no llegan ingenieros de primer nivel que puedan competir contra la escudería alemana (que ahora dispone de la mayoría de los sabios del sector), contra Red Bull (las ideas de Adrian Newey volverán), contra McLaren (llega Prodromou, la mano derecha de Newey) y contra los nuevos adversarios que este curso van por delante (Williams). El Ferrari de 2015 tendrá que saltar a la pista en cuatro meses y Alonso no distingue argumentos potentes para pensar que el próximo año será distinto a éste.

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