I+D
Cinco empresas diseñan el primer satélite andaluz
Cepheus, que no superará un kilo de peso, investigará el uso de hidrógeno como fuente eficiente de energía

Aunque el sector aeronáutico tiene larga tradición en Andalucía, hasta el momento la región no ha entrado en el negocio de los programas espaciales. Hay tan solo dos excepciones. Uno de ellos es Alter Technology (ATN), una empresa especializada en la certificación de componentes aeroespaciales que nació en Sevilla en 1986 de la mano de Fernando Franco y que desde 2012 forma parte del grupo alemán TÜV Nord. A su vez, otro precedente ya lejano fue Crisa, un fabricante español de equipos electrónicos para satélites fundado por Abengoa que en 2002 entró en la órbita de EADS (que hoy posee el 100% de sus acciones).
Precisamente estas dos compañías (Alter y Abengoa), junto a la malagueña Mesurex (especializada en sistemas de automatización y control) y las sevillanas Idener y SolarMems (ambas nacidas en la Escuela de Ingenieros) están capitaneando el proyecto Cepheus, que implica «el diseño, implementación e integración del primer satélite 100% andaluz». Esta iniciativa comenzó a andar en abril del pasado año, tendrá un coste de 2,5 millonesde euros (financiados por el programa europeo Feder Innterconecta) y nace con la vocación de «afianzar el sector espacial en Andalucía».
Cepheus no superará un kilogramo. Es por ello un ingenio de peso muy reducido —que se denominan «picosatélites»— y uno de los objetivo de la iniciativa es, precisamente, «demostrar la idoneidad de este tipo de satélites como plataformas de experimentos espaciales». Y para ello, «deberá superar algunos de los principales retos actuales de los vehículos espaciales, como son el almacenamiento de energía y el costo del sensor de navegación», según sus promotores.
Las claves
Los satélites tienen múltiples aplicaciones, como la observación de la tierra o las telecomunicaciones. En el caso de Cepheus, el programa investiga cómo mejorar su funcionamiento reduciendo los costes de fabricación y su eficiencia. Bajo esta premisa, uno de los grandes retos del picosatélite andaluz es analizar el uso de hidrógeno como fuente eficiente de energía. A través de pilas de combustible, se combina el hidrógeno con el oxígeno para formar electricidad y calor y se obtiene agua como único residuo.
En paralelo, Cepheus quiere superar las limitaciones de los sistemas de navegación de los picosatélites, que actualmente utilizan sensores solares y ópticos terrestres que no siempre son lo suficientemente precisos. Por ello, el objetivo es desarrollar un sistema innovador basado en el seguimiento de las estrellas y utilizando tecnología MEMS (dispositivos electromecánicos a escala micro).
Los picosatélites se crearon en EEUU en el año 2000 con el propósito de que las universidades pudiesen realizar investigaciones espaciales con costos reducidos. A pesar de su pequeño tamaño lleva todos los componentes esenciales de este tipo de ingenios. Cepheus no es la primera experiencia española en este campo, ya que la Universidad de Vigo lanzó en 2012 el picosatélite XaTcobeo, aunque el proyecto andaluz tiene objetivos científicos mucho más ambiciosos.
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