las claves de la campaña
La escasa producción obliga a importar aceite de Túnez para cubrir la demanda
La Union Europea acuerda con el país norteafricano la entrada de 59.000 toneladas con arancel cero

La última cosecha de aceite de oliva en España ha sido significativamente baja y se ha situado, finalmente, en 815.000 toneladas, muy por debajo de 1,7 millones de toneladas alcanzadas en la campaña anterior e igualmente alejada de la media de las últimas cuatro (que arrojaron 1,3 millones de toneladas).
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Solo la recolección de 2012-2013 fue inferior a la actual pues se contabilizaron 618.200 toneladas. La causa de tan baja producción hay que buscarlas en las temperaturas atípicas registradas en plena floración durante el mes de mayo y en la escasez de lluvias. Los datos españoles son especialmente importantes, dado que nuestro país aporta el 72% de la cosecha de aceite de oliva de toda la Unión Europea y el 44% de la mundial, siendo Andalucía la primera productora nacional.
Más demanda que oferta
Una de las primeras consecuencias de esta baja recolección es que la demanda supera a la oferta, por lo que el primer damnificado será el mercado exterior. «Si no hay suficiente aceite para atender la demanda nacional no se podrá exportar», sentencia José Vázquez, responsable del olivar de Asaja-Sevilla. La radiografía actual del sector indica una cierta parálisis, que se prevé coyuntural, toda vez que se ha cumplido ya el quinto mes de campaña y el déficit sigue creciendo, de ahí que se espere un repunte de los precios.
La media de aceite vendido está en las 120.000 toneladas mensuales
Según los datos del Ministerio de Agricultura, desde que se inició la campaña el pasado mes de octubre, el ritmo medio de venta del aceite ha rondado las 120.000 toneladas mensuales. En febrero, último mes contabilizado hasta ahora, salieron 108.000 toneladas. Si se extrapolan los datos, se necesitarían alrededor de 1.422.000 toneladas para hacer frente a la demanda interna. «Y eso para llegar hasta octubre, cuando se inicia la nueva cosecha;sin embargo, hay que tener en cuenta que hasta diciembre no salen los nuevos aceites, luego hay un parón de dos meses en los que el déficit se elevaría a 237.000 toneladas de seguir así el ritmo de ventas».
Más importación
A su juicio, la situación conduce a que se produzca un poco hipotético caso de descenso en el consumo «o que no se pueda exportar». Según los datos de la Agencia de Información y Control de los Alimentos (AICA), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, a febrero pasado existía un stock de aceite de 500.000 toneladas, a las que sumar otras 50.000 toneladas procedentes de la importación. Es decir que uniendo todas estas producciones, para la presente campaña se dispondrían de 1.365.000 toneladas, lo que no cubriría siquiera la producción alcanzada durante 2014-2015.
Para el responsable de Asaja-Sevilla «si vendemos fuera no habrá para cubrir nuestra propia demanda y eso puede crear tensión en el mercado».
Para paliar parte de este déficit, la Comisión Europea ha autorizado la importación de aceite de oliva procedente de Túnez. El país norteafricano venderá a la Unión Europa 59.000 toneladas con arancel cero, una cantidad que Vázquez considera «muy pequeña» dada la demanda existente en toda la Unión.
Más demanda de virgen extra
Las autoridades tunecinas dan salida mensual a 9.000 toneladas, siendo del 5,5% el coeficiente asignado para cada importador comunitario, dato que viene a corroborar las palabras del responsable de Asaja en el sentido de que esta cantidad no satisfará la demanda. Pero ¿qué tipo de aceite busca el mercado? Cada vez más los de mayor calidad, esto es, los etiquetados como «virgen extra». Y precisamente de este tipo hay también este año menos, entre otras cosas por el ataque de las moscas que ha menguado la cosecha. La provincia de Sevilla es la mayor productora, porcentualmente hablando, de Andalucía, por delante de otras como Jaén y Córdoba.
Alza en los precios
Esta circunstancia conlleva, asimismo, unas expectativas de alzas en los precios en los virgen extra, por encima de lo que puedan subir el aceite de oliva y el oliva virgen.
Por otra parte, los expertos son optimistas con respecto a la nueva campaña 2015-2016. Hasta ahora creen que va «justa de agua» y miran al cielo para que llueva durante la presente primavera para conseguir que el árbol tenga reservas suficientes de agua para el caluroso y seco verano. «Que no pase lo del año pasado en mayo, con temperaturas anómalas que afectaron negativamente a la floración», recuerda Vázquez.
Según las primeras estimaciones, la próxima recolección nacional podría rondar las 1,3 millones de toneladas, es decir, se situaría en la producción media de los últimos años si se exceptúa este, mientras que la cosecha a nivel mundial alcanzaría los tres millones de toneladas.
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