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El otoño caliente de Abengoa

La última semana de agosto ha despejado dudas sobre el futuro del grupo

El otoño caliente de Abengoa OSCAR DEL POZO

LUIS MONTOTO

Abengoa afronta una etapa decisiva para su futuro. Cuando el pasado mayo Santiago Seage asumió el cargo de consejero delegado, la acción rondaba el precio de los tres euros y las dudas sobre la deuda del grupo se habían despejado. Llegaba el momento de «centrarse menos en el balance y más en el negocio», como afirmó en sus primeras declaraciones a los medios de comunicación.

Sin embargo, esta relativa calma apenas duró dos meses. La reducción de sus previsiones de negocio en 2015 (la compañía espera obtener un ebitda de entre 1.310 y 1.360 millones, por debajo de las cifras de 2014) provocó que los analistas volvieran a poner el foco en su elevada deuda neta (que en este momento es de 6.554 millones de euros, en torno a 4,8 veces su ebitda). Tras vender filiales (Telvent y Befesa); sacar a bolsa una sociedad con sus principales activos en concesión (Abengoa Yield); compartir sus futuros proyectos con otros socios (como su alianza con EIG Global Energy Partners); y prometer nuevas desinversiones en ámbitos como el biofuel; la firma presidida por Felipe Benjumea decidió disparar a principios de agosto la última bala que le queda en la recámara: una macroampliación de capital de 650 millones de euros para solventar las dudas del mercado sobre su viabilidad financiera. Un proceso que ha tenido el reflejo más crítico en la valoración de la acción, que marcaba 2,047 euros del 31 de julio y, tras el anuncio de la ampliación, en unas jornadas de caídas muy pronunciadas llegó a cerrar a 0,73 euros el pasado 20 de agosto. Tras una ligera recuperación, sus títulos cotizan a 0,938 euros (en la jornada de ayer sufrió un batacazo del 8,9%). Ahora afronta un otoño caliente en el que tendrá que despejar la incertidumbre sobre su futuro.

En un mes de agosto de intensas negociaciones, la pasada semana se perfilaron los primeros datos alentadores para el devenir de la multinacional sevillana. La agencia Reuters confirmaba que Credit Agricole, HSBC y Santander han pergeñado un acuerdo para asegurar el éxito de la ampliación de capital, en un proceso en el que exigirán medidas adicionales para garantizar el cumplimiento de las obligaciones financieras de Abengoa. La agencia británica también cita que existen conversaciones avanzadas con Bank of America, Merrill Lynch y Citigroup. Dos fondos estadounidenses que ya están en el capital de Abengoa habrían garantizado su participación: BlackRock con 50 millones de euros de la emisión y también First Reserve.

Según publicó Expansión, el objetivo de Abengoa es emitir un 90% de la ampliación con acciones tipo B (que tienen derechos de voto limitados) y el 10% restante con acciones A (que son las que dan el control sobre la gestión del grupo). Los títulos B se crearon para captar dinero de terceros sin perder cuotas de poder. En este momento, Inversión Corporativa (controlada por la familia Benjumea) posee de forma directa o indirecta más del 56% de los derechos de voto. Una de las obsesiones de Felipe Benjumea es que las familias fundadoras no bajen del 50% de los derechos de voto en la compañía. Abengoa ya anunció que Inversión Corporativa participaría en la ampliación de capital, pero aún no se ha despejado con qué importe. Pero hay que tener en cuenta que este núcleo duro de accionistas es muy amplio, pues agrupa a la segunda generación de diversas familias que configuraron históricamente el capital del grupo (Benjumea, Aya, Abaurre, Sundhein o Solís). El reto del presidente es mantener unidas a estas familias para aportar una cantidad suficiente que les permita permanecer por encima del 50% (es decir, inyectar en torno a 40 millones de euros en la adquisición de acciones tipo A).

Nuevos socios

Además de la banca acreedora y de los accionistas, la firma está buscando el apoyo de nuevos fondos de inversión especializados en energía, tanto en Estados Unidos como en los países del Golfo. En ambas áreas la compañía tiene algunos de sus principales activos en tecnología termosolar, con lo cual ya hay un recorrido previo en la búsqueda de posibles socios que desembarquen en el capital de forma amistosa (en este momento tanto el presidente como el consejero delegado mantienen reuniones con posibles candidatos).

Aún no hay fechas previstas para la ampliación. El objetivo de la compañía es que cristalice cuanto antes el apoyo de la banca y de los posibles socios para que, tras este otoño caliente, se pueda mirar más al negocio y menos al balance.

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