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OPINIÓN

Feijóo le cuela un gol a Susana Díaz en el negocio aeronáutico

Galicia saca adelante en un año un centro de aviones no tripulados, algo que no ha conseguido Andalucía en toda una década

Imagen de las instalaciones del INTA en el Arenosillo ABC

LUIS MONTOTO

La Xunta de Galicia le ha colado un gol económico por la escuadra a la Junta de Andalucía. Y lo ha hecho jugando en un campo como el aeronáutico, donde un Gobierno regional sin conocimientos del sector se enfrentaba a un territorio con casi un siglo de experiencia. Desde hace ya más de una década, Andalucía había comprendido la importancia creciente que tendrían los "aviones no tripulados" y había identificado la base del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (Inta) en el Arenosillo (Huelva) como un lugar privilegiado para expandir esta industria. La dispersión de esfuerzos (el arraigo de ciertos virreyes del PSOE a Jaén provocó que las primeras inversiones en este ámbito se hicieran en Villacarrillo) y la falta de un auténtico liderazgo económico en el Ejecutivo regional desde al menos 2009 (Francisco Vallejo, con sus múltiples defectos, fue el último consejero con ambición por hacer cosas) han provocado que el proyecto del Arenosillo siga estancado y sin plazos ni recursos para su desarrollo (aunque el Inta siga adelante con su planificación).

Frente a esta triste dilación, el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo ha diseñado en las instalaciones del Inta en Rozas (Lugo) un ambicioso concurso público para generar un polo empresarial de "aviones no tripulados" que ha generado una enorme expectación en el sector. Tras un proceso técnicamente muy riguroso, el operador de helicópteros Inaer en alianza con el grupo tecnológico Indra se han quedado con una iniciativa que moverá una inversión público-privada de 115 millones de euros. La Xunta tuvo en su mano elegir a Airbus (que quería utilizar este concurso como acicate para relanzar su modelo Atlante) o incluso a Boeing, pues ambos entraron en la puja y tenían una mejor venta mediática. Pero Feijóo se ha inclinado por la opción que representaba el proyecto industrial mejor definido (el consorcio Inaer-Indra llevará allí el desarrollo de sus principales iniciativas en este campo, como el primer helicóptero sin piloto especializado en labores de lucha contra incendios).

¿Qué lección le han dado los chicos de Núñez Feijóo a los de Susana Díaz? Pues que en cualquier proyecto industrial es esencial escuchar a las empresas, diseñar un programa atractivo para los inversores y propiciar una competición entre ellos. Que la unidad de acción entre las administraciones y la responsabilidad en el cumplimiento de los plazos son prioritarios para que el sector privado te tome en serio. Que nada pertenece a nadie por derecho divino y sectores como el aeronáutico no son privativos de Madrid y Andalucía. Que no basta con decir machaconamente durante más de diez años que algo es muy importante, sino que también hay que trabajar con seriedad para que los buenos deseos se sustancien en realidades. Y sobre todo: que los espacios que una región decide abandonar (debido a una frustrante paralización) los ocupan astutamente otros que son más dinámicos y sobre todo, más ambiciosos.

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