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Agricultura

«Los frutos secos serán el negocio más importante de Dcoop tras el aceite de oliva»

El presidente de Dcoop, Antonio Luque, destaca el fuerte crecimiento de la cooperativa en Estados Unidos

Antonio Luque, Presidente de Dcoop FRANCIS SILVA

LUIS MONTOTO/NATALIA ORTIZ

El presidente de Dcoop acaba de regresar de Estados Unidos, un país en el que esta cooperativa controla el 50% de Pompeian. «Es una nación con 300 millones de habitantes, hay una clase media con poder adquisitivo y una preocupación creciente por la alimentación saludable», subraya Antonio Luque, que apunta que «el consumo de aceite por persona ya es de un litro al año; si se logra que sean dos, se comercializarían 600 millones de litros anuales». Dcoop logró en 2017 unas ventas de 1.040 millones de euros, el 70% gracias al aceite. En el futuro se perfila el almendro como su segunda gran actividad, por delante incluso de la aceituna de mesa.

¿Cuáles son las previsiones de Pompeian en Estados Unidos?

En 2017 facturó más de 400 millones de dólares, con una cuota de mercado del 17% en virgen extra y con la posibilidad de alcanzar el 20%. En 2018 la cotización del aceite seguirá alta, lo que unido a la devaluación del dólar hará que el precio en los lineales no propicie un gran aumento de las ventas. Viviremos meses de estabilidad, aunque nuestra meta es crecer un 50% en cinco años.

¿Teme que al aceite de oliva le pueda pasar como a la aceituna en EEUU?

La fortaleza de Pompeian es que es una empresa americana, con plantas de envasado en Los Ángeles y Baltimore, pero con socios andaluces. Esto no implica que el sector no deba estar alerta.

La familia De Vico es socia de Dcoop al 50% en Pomepeian y, a su vez, también comparten al 50% la envasadora Mercaoleo en Antequera. ¿Qué aporta esta alianza?

Son una familia con tradición en el negocio de la agricultura y conocen muy bien el Norte de África, con países tan relevantes como Marruecos, Túnez o Siria. Nos han dado una posición ideal para seguir la evolución de esos mercados productores que, en algunos momentos, son fundamentales para atender a clientes de países terceros. Con la familia De Vico hemos hecho un proyecto global, no solo para EEUU. Pompeian es un gran proyecto en América, pero en el resto del mundo también queda mucho por hacer. Desde EEUU podemos crecer en México o en Canadá, y desde Mercaoleo podemos surtir a estos mercados con formatos en los que no evasamos en Pompeian, de ahí que fuera bueno ir al 50% tanto en Pompeiam como en Mercaoleo, pues evitamos conflictos de intereses.

El precio del aceite está siendo alto en los últimos años. ¿Cree que se mantendrá así en el futuro?

Como agricultor respondo que ojalá sea así. Pero hay que ser realistas: cuando tengamos una pluviometría normal las producciones en España aumentarán y el precio bajará.

¿Cómo afectará la puesta en producción de nuevas fincas de olivar?

España tiene hoy una producción media de 1,4 millones de toneladas. Hace cinco años España ya tuvo una cosecha de 1,8 millones de toneladas, y en este periodo se ha plantado muchísimo olivar, con lo cual no es descabellado prever que habrá cosechas de más de dos millones de toneladas. Tendremos que vender 7 millones de toneladas adicionales, y este cálculo es clave para pensar en las decisiones del futuro. Por eso necesitamos crecer en EEUU y en otros mercados, además de en España. Y eso no bastará, habrá que trabajar en otros muchos aspectos para prepararnos para esa situación, tanto a nivel industrial como en logística y almacenamiento.

¿Afectará lo que crece fuera de España, como Chile, California o Australia?

El gran crecimiento del olivar está y seguirá estando en la Península Ibérica. No veo estas producciones como una amenaza, sino como una posibilidad de que crezca el reconocimiento del aceite y el consumo en estos países.

¿En un contexto de bajada de precios el olivar tradicional puede sufrir?

A todo el que tiene un olivar tradicional le digo que se plantee cómo puede mejorar sus costes y su eficiencia. Las nuevas plantaciones de intensivo y superinensivo serán viables en momentos en los que el olivar tradicional puede pasarlo mal. Hay que tener en cuenta que el agua es un factor limitante en la mejora del olivar. Si en Andalucía tuviéramos una buena gestión del agua y se permitiera invertir al propio sector, la mejora sería evidente. No entiendo, por ejemplo, por qué un empresario agrícola no puede hacer sus propias balsas para reutilizar al agua de lluvia.

El grupo cooperativo AN y Unica Group quieren entrar en aceite. ¿Cree que es un movimiento lógico?

Los movimientos empresariales deben estar movidos por la naturalidad. Si hay un proyecto de Unica Group y AN con cooperativas de aceite y funciona, magnífico. Si al final es una decisión que nos lleva a un proyecto sin sentido, que no sirvan para garantizar la rentabilidad del producto, nos perjudicará a todos. Espero que la Junta de Andalucía continúe apoyando proyectos de integración que sean sólidos, y que evite que haya personas que para mantener su estatus lideren iniciativas sin lógica.

Dcoop ha integrado socios en Extremadura tras la caída de Acorex. ¿Hay margen para crecer en esa región?

Acorex es el ejemplo de que un proyecto fallido afecta a todo el sector. Estamos trabajando con un grupo de cooperativas que formaron parte de Acorex para estudiar fórmulas de crecimiento. Extremadura es importante y lo será aún más, pues crecerá en olivar gracias a que tienen más disponibilidad de agua que Andalucía, con lo cual debemos estar bien posicionados.

Se ha incorporado como socio en Dcoop la familia De Prado, con fincas de miles de hectáreas en Portugal y Chile. ¿La firma aspira a seguir integrando grandes agricultores?

Veremos cada vez a más agricultores de tamaño medio y grande entrar en Dcoop. Antes este perfil de empresario no percibía a la cooperativa como un modelo adecuado, pero familias como De Prado han visto en Dcoop una buena fórmula para poner su aceite de oliva y sus aceitunas en un mercado global. Se están poniendo grandes plantaciones en Sevilla, Huelva y Jerez, y estaremos ahí muy bien posicionados.

Este tipo de agricultor también ha crecido en almendro. ¿Dcoop se plantea entrar en ese negocio?

Sí, porque nos lo demandan nuestros socios. Creo que seremos los productores más grandes de frutos secos del Sur de España en los próximos cuatro años.

¿Qué volumen manejarán?

Hemos iniciado ahora el proceso, pero será la segunda sección del grupo en los próximos años, si se sigue plantando al ritmo actual.

¿Hay posibilidad de colaborar con la cooperativa Almensur?

Saben lo que estamos haciendo y será lógico que estemos coordinados.

El ritmo de plantación de almendros está bajando. ¿Ha alcanzado su tope?

Ha bajado el ritmo, pero seguirá habiendo crecimientos importantes.

¿Cómo evoluciona la sección de aceituna de mesa?

Los ingresos ya son de 100 millones, somos líderes en producción aunque no en comercialización. Vamos a crecer y ahí nuestra compañía americana Pomepeian jugará un papel relevante.

¿Les ha afectado el arancel de Trump?

EEUU no era nuestro principal mercado, pero nos afecta porque lo que no vaya a EEUU irá a otros países donde sí estamos nosotros bien posicionados.

También crece en vino. ¿Será un producto importante para Pompeian?

Tenemos una producción importante en Castilla La Mancha y una pequeña en La Rioja, ahora se ha sumado a nosotros la cooperativa de Trebujena. Hay clientes comunes al aceite, aunque son mercados distintos. En La Mancha hay productos de calidad, competitivos y con volúmenes altos. Hemos hecho en Alcázar de San Juan una planta de envasado que nos permitirá crecer de forma paralela al aceite en determinados países. Estoy convencido de que en Pompeian también en vino.

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