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Agricultura

Kasín, el garbanzo andaluz de última generación

Innovación Vegetal Mediterránea tiene en registro una nueva variedad para la siembra invernal

Kasín da un paso más en la mejora genética ABC

INMA LOPERA

La rotación de cultivos obligatoria en el campo para poder cobrar las ayudas europeas vía «greening» ha despertado el interés de los agricultores andaluces por las leguminosas grano. Y dentro de éstas, por el garbanzo.

La superficie y producción del garbanzo tiene gran variabilidad entre campañas. Así, mientras en 2015 hubo un descenso de superficie del 3% y de producción del 25%, en la campaña 2016 se ha producido un incremento del 2,4% en la superficie y del 74% de la producción. Sevilla, Málaga y Córdoba son las principales productoras de garbanzo, con la irrupción de Cádiz en los últimos años. Entre las cuatro produjeron el 90% del garbanzo en la campaña 2016, según el Observatorio de Precios y Mercados de la Consejería de Agricultura.

Hasta ahora, los agricultores se veían en la obligación de elegir entre variedades que fuesen resistentes a una u otra de las dos principales enfermedades que afectan al cultivo: la rabia, causada por un hongo aéreo, y fusarium, provocada por un hongo del suelo.

La empresa cordobesa de base tecnológica Innovación Vegetal Mediterránea, nacida al amparo de la Universidad de Córdoba, se ha propuesto terminar con esta dicotomía gracias a Kasín, el primer garbanzo resistente a los patógenos de rabia y fusarium a la vez.

La empresa, centrada en la mejora genética vegetal, se encuentra actualmente en la fase de registro de esta nueva semilla de última generación, por lo que espera que «esté disponible a nivel comercial para las siembras invernales de este mismo año», declara Juan Gil, socio investigador.

Se trata de un garbanzo de calibre más pequeño al blanco lechoso, destinado para el consumo humano y que cuenta con un gran potencial productivo en campo, «alrededor de 2.000 kilos por hectárea», explica el investigador. Estas características han suscitado el interés de determinadas empresas multiplicadoras de semillas, con quien Innovación Vegetal Mediterránea ha iniciado conversaciones con el objetivo de firmar el acuerdo de licencia que permita la comercialización de dichas semillas.

Pese a ser un cultivo fijador de nitrógeno, «el garbanzo tiene más importancia en la dieta mediterránea que presencia en el campo andaluz», ya que «los bajos rendimientos de esta leguminosa, la aparición de nuevas razas de enfermedades y la falta de materias activas efectivas contra las malas hierbas han desanimado a los agricultores». Por ello, «desde la investigación procuramos dar solución a todas las demandas de los productores, con nuevas variedades que respondan a los retos de la agricultura del mañana», declara Juan Gil.

De hecho, Andalucía es una importadora neta de garbanzo. En la campaña de comercialización 2015-2016 apenas se exportaron 47 toneladas, frente a las 2.484 toneladas que se importaron. Con el garbanzo Kasín se da un paso más en la mejora genética de las leguminosas grano y toma el testigo a Ituci, el garbanzo tipo blanco lechoso mejorado genéticamente por la empresa Agrovegetal.

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