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AGRICULTURA

«Es necesario ejecutar ya las infraestructuras del plan hidrológico nacional»

Entrevista a Rodrigo Sánchez Haro, consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural

Rodrigo Sánchez Haro, consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural VANESSA GÓMEZ

L. MONTOTO/N. ORTIZ

Rodrigo Sánchez Haro se puso al frente de la Consejería de Agricultura en junio del pasado año, cuando la actual legislatura ya había cruzado su ecuador. En los menos de doce meses que lleva en el cargo está liderando la posición de Andalucía ante la nueva Política Agraria Común (PAC) y la aprobación de la nueva Ley de Agricultura autonómica. Aunque es partidario de tener siempre la mano tendida para pactar con el Ministerio de Agricultura, también cree que hay que exigirle al Gobierno de España que cumpla sus compromisos con Andalucía, especialmente en ámbitos como las infraestructuras hídricas.

La UE está definiendo el presupuesto de la futura política agraria. ¿Habrá una alianza natural con el Ministerio de Agricultura para defender la actual PAC?

Existe un consenso en España de que debemos dotar a la PAC de un presupuesto fuerte, superando obstáculos como el Brexit o nuevos retos que requerirán también un esfuerzo presupuestario como la política migratoria, y así lo está defendiendo el Ministerio en la UE. La PAC apenas es el 0,38% del PIB de la UE, es un porcentaje pequeño en relación a su importancia, y si la salida de Gran Bretaña obliga a aportar más dinero a los Estados miembros para mantener este nivel de inversión, pues habrá que hacerlo. Hay países importantes, como Francia y Alemania, que comparten la idea de que es necesario un presupuesto fuerte.

¿Qué opina de la propuesta inicial de que haya una cofinanciación de la PAC por parte de los Estados?

La Junta de Andalucía se opone a que la PAC quede al albur de lo que cada Estado decida. La política agraria debe seguir siendo un pilar de la UE para generar riqueza, y ello requiere un presupuesto común fuerte. El 26 de mayo se presenta el marco financiero y ahora es el momento de defender un presupuesto fuerte. A partir de ahí entraremos en una nueva fase para hablar del modelo de PAC, pero ahora debemos ir todos juntos.

También se ha propuesto que los Estados tengan flexibilidad normativa para definir la PAC. ¿Está de acuerdo?

Vamos a estar muy pendientes para que de una u otra forma se pongan en valor las características tan diversas de nuestro territorio, como el paisaje de olivar y la dehesa, que atesoran valores culturales y medioambientales muy ligados al territorio.

Ha culminado la ley de Agricultura y Ganadería, que debe ser aprobada en el Parlamento. ¿Es necesaria una nueva norma en un sector tan regulado como el agro?

Reconocemos la aportación decisiva que históricamente han hecho la agricultura y la ganadería a Andalucía en términos de riqueza y PIB. Lo primero que hacemos es recoger una realidad, nuestra agricultura profesionalizada, nuestra agricultura familiar de pequeñas y medianas explotaciones, y también el papel de los agricultores en la cadena alimentaria; y afrontamos retos de futuro, como el cambio climático, el relevo generacional y la incorporación de la mujer. También queremos garantizar el futuro del mundo rural avanzando en la digitalización del campo. A diferencia de otros territorios, Andalucía parte con ventaja en la resistencia del despoblamiento, y la clave para seguir manteniendo un mundo rural vivo está en que deben existir servicios básicos en pequeños municipios, tanto en educación, como en atención social. A través de la agricultura y la ganadería generamos un sistema económico para que los jóvenes se queden. Reconocemos también la interlocución con las entidades del sector con el consejo asesor agrario y el consejo agroalimentario... Es una ley social, dirigida a las personas y a reconocer y afrontar los retos de nuestra cadena alimentaria.

Organizaciones como Asaja han criticado la norma porque temen que se eleve el peso de la burocracia...

Es todo lo contrario. El Consejo Económico y Social respaldó esta ley por unanimidad. Lo que pretendemos es simplificar trámites; muchas de las actuaciones se harán a través de declaración responsable, todo será más ágil. Unificamos registros aque ahora están en distintas áreas de la Consejería, con lo cual el acceso a la información será más fácil. Hay una tramitación más directa y ágil, se simplifican procedimientos, se impulsa la transparencia. En definitiva, no hay más carga burocrática. En la redacción de la ley se han hecho 770 aportaciones y queremos que sea una ley de todos. En el trámite parlamentario queremos que sea una ley de consenso.

Acabamos de superar una sequía muy severa. ¿Ha quedado patente que faltan infraestructuras para garantizar el suministro al campo?

Sin seguridad hídrica la agricultura está condenada al fracaso. Me parece estupendo firmar un pacto por el Agua, como propone el Ministerio, pero lo primero que debemos hacer es cumplir las obligaciones asumidas en el Plan Hidrológico Nacional. Aún está pendiente la construcción de numerosas infraestructuras declaradas de interés general, como el recrecimiento de la presa de la Concepción, el trasvase Iznájar Antequera o el Odiel-Piedra... Es cierto que hay problemas de sequía, pero estructuralmente el déficit hídrico nace de una carencia en infraestructuras. La pasada sequía ha evidenciado que no basta solo con los trasvases, también debemos buscar fuentes alternativas, como aguas regeneradas y desaladas.

El agro andaluz, en zonas donde hay regadío, se ha convertido en un foco de atracción de inversiones. ¿Cómo percibe este proceso?

La agricultura está viviendo una internacionalización importante, que hay que apoyar. De la mano de ese proceso es normal que vengan actores externos. Andalucía es tractiva porque se ha hecho, por ejemplo, una labor de investigación en agua es extraordinaria. Una gota de agua aquí es quince veces mas productiva que en otras zonas de España. Ahora vamos a la digitalización del campo, que también redunda en eficiencia, y estamos liderando un partenariado europeo para avanzar por esta vía.

El olivar intensivo ha crecido mucho, pronto habrá cosechas históricas. ¿Le preocupa que haya bruscas caísdas en los precios?

Hay que dar soluciones al almacenamiento para que la incidencia de los precios no sea rápida y directa, y buscar soluciones, como desarrollar una apuesta muy clara por la internacionalización, en un momento en el que el consumo fuera de España crece a un ritmo del 5%. También es importante la concentración del sector, ir todos juntos para explorar nuevos mercados, lo cual requiere la unión de cooperativas y entidades del sector.

Si bajan los precios el olivar intensivo en regadío tiene un margen de rentabilidad mucho mayor que el olivar tradicional, que puede pasar serias dificultades...

Nosotros defendemos las dos situaciones, al agricultor muy profesionalizado y al pequeño agricultor que utiliza su cultivo como complemento de renta. Por eso es clave reconocer ayudas para el olivar de montaña, porque las grandes explotaciones son necesarias pero por sí solas no mantinienen a la población en el territorio.

¿Le preocupan las consecuencias que puedan tener para el agro andaluz las medidas contra la aceituna negra en EEUU?

Aunque son procedimientos distintos, la realidad es que si se han parado los aranceles de EEUUal acero de Europa, ¿por qué no ocurre lo mismo con la aceituna? Por eso en la Junta de Andalucía pedimos la máxima implicación de todas las administraciones para evitar males mayores. Dediquemos el máximo esfuerzo a la labor diplomática. La Junta está haciendo su trabajo, como ha sido aportar toda la información solicitada por los verificadores.

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