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AGRICULTURA

En Sevilla crían insectos en «hoteles» para controlar las plagas

Una finca ecológica en Lora del Río da cobijo a abejas, mariquitas y mariposas, encargadas de acabar con los pulgones

Una de las instalaciones dedicadas a albergar los insectos ABC

INMA LOPERA

Un resort todo incluido para insectos en la Vega del Guadalquivir. La finca ecológica Cortijo El Puerto, situada en la localidad sevillana de Lora del Río, dispone a lo largo de sus 122 hectáreas de unos «14 hoteles construidos con materiales naturales de la Sierra Norte» para alojar en ellos a huéspedes como «abejas, abejorros y avispas; así como a mariquitas, mariposas y crisopas en habitaciones diferenciadas», explica Enrique de la Torre Liébana, consejero delegado de la finca.

La idea no es otra que la de «fomentar la biodiversidad en la explotación, dando cobijo a la fauna que es beneficiosa para nuestros cultivos de olivar y almendro para que actúen como predadores y ataquen a esos otros bichitos que resultan perjudiciales, y conseguir así un equilibrio natural», subraya el directivo. La finca lleva más de un año fomentando estas prácticas ambientales y los resultados son «muy prometedores», asegura. De hecho, «todas las semanas hacemos un conteo de insectos y desde que empezamos en 2014 hasta ahora hemos notado cómo a medida que los insectos han ido a más, las plagas han bajado significativamente, hasta el punto de que nuestros índices de pulgón en almendro y prays en olivar son prácticamente cero actualmente», subraya el promotor.

Los hoteles están repartidos estratégicamente en las diferentes calles del almendro y del olivar, orientados al sur para que reciban los rayos del sol y eviten el viento y la lluvia. El objetivo del proyecto es dar cobijo pero también comida a estos insectos para que se establezcan y reproduzcan en la finca, por lo que «hemos plantado muchos arbustos con ciclos de floración escalonada para que haya néctar durante casi todo el año y tenemos toda la superficie protegida con cubiertas vegetales, que también sirven de alimento y refugio para la fauna», ya que «cada especie cumple una función determinada en Cortijo El Puerto».

Así, «las mariquitas se comen el pulgón que ataca al almendro, librando al árbol de esta plaga. Las crisopas en estado larvario acaban con la plaga prays que tanto daños causa al olivar, y las abejas y abejorros pueden aumentar hasta en un 20% la producción de almendras por el efecto de la polinización en la época de floración».

Y es que aunque la finca cuenta con variedades de almendros autofértiles, «en principio cabría pensar que no son necesarios los insectos polinizadores, cosa que no es cierta, puesto que mejoran mucho la polinización al agitar el polen dentro de su propia flor», explica De la Torre Liébana.

La floración del almendro se mantiene apenas un par de semanas en el calendario y las abejas sólo salen a polinizar en condiciones atmosféricas favorables, es decir, en días soleados y sin frío ni viento. Por ello, «contamos con un gran aliado para la polinización si durante la floración el tiempo es inestable, con lluvias o frío, que es el abejorro bombus terrestris, un insecto que trabaja en condiciones adversas, pues vuela y poliniza cuando hace frío, calor, llueve o está nublado», explica. Por ello, además de los hoteles, «disponemos también de colmenas específicas para alojar a abejorros bombus terrestris en la época de máxima polinización», en beneficio de la producción almendrera.

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