Cómo elegir tu base de maquillaje

¿Pruebas la base en la mano antes de comprarla? ¿Usas el mismo tono en verano que en invierno? Entonces tienes que leer esto...

La base de maquillaje es ese producto que lo mismo puede obrar milagros con tu rostro que convertirse en tu peor enemigo. Quizá porque una de nuestras peores pesadillas es salir a la calle y darnos cuenta de que nuestro cutis está anaranjado o que llevamos una especie de máscara con un antiestético cambio de tono entre la cara y el cuello. Por eso, dar con la base de maquillaje perfecta es esencial para obtener un buen look.

Te damos las claves para saber cómo elegir tu base de maquillaje, tanto en cuanto a tono, como en lo que se refiere a formato y textura. ¡Toma nota!

¿Cuántas bases de maquillaje hay?

Lo primero que te recomendamos hacer es buscar la textura de maquillaje que mejor te va, ya que los tonos varían de una a otra. Aquí tienes un listado para despejar dudas:

BB cream: ideal si solo buscas unificar el tono naturalmente y no quieres varios pasos. Hidratante (con o sin tratamiento) y maquillaje, todo en uno.

Maquillaje fluido: la opción ligera y cómoda. Un formato novedoso en este sentido es el «cushion».

Maquillaje en crema: más denso y cubriente, ideal para pieles maduras o con más problemas. Encontrarás formatos innovadores como la mousse.

Maquillaje en polvo: ideal para obtener un acabado aterciopelado y mate, especialmente si tienes exceso de sebo en el cutis. Eso sí, busca productos no comedogénicos si tienes acné.

Maquillaje compacto: son más cubrientes y difíciles de extender. Hoy en día existen versiones compactas para casi cualquier tipo de piel, incluidas las problemáticas. Libres de aceite, con factor de protección solar, para pieles sensibles, etc. Puedes encontrar el formato estuche o el formato barra.

Elegir el color ideal

La base de maquillaje no es una especie de autobronceador con el que conseguir el efecto del sol en nuestro rostro, cuello y escote durante todo el año. Es más bien el producto que te permitirá unificar el tono del cutis para poder lucir un maquillaje bonito y favorecedor y un rostro libre de imperfecciones.

Para dar con tu tono exacto es imprescindible hacer una prueba: nada de compras por internet a no ser que ya conozcas tu tono. ¿Probar la base de maquillaje en el dorso de la mano? ¿Te la vas a aplicar ahí? Entonces no tiene mucho sentido, ¿no? Si te ha maquillado un profesional alguna vez, habrás comprobado que prueban los tonos en un lateral del rostro o del cuello. Es ahí donde deberás buscar el tono que se mimetice con tu color natural de piel para conseguir ese efecto de «velo» que cubra tu cutis sin parecer una máscara.

Si estás muy perdida en cuanto a tonos, pide consejo en la tienda y prueba sobre el rostro los tres tonos que crees que podrían encajar (siempre uno arriba y uno abajo) realizando trazos, uno a continuación del otro. Extiende bien cada uno para que se integren lo mejor posible y entonces comprobarás cuál funciona mejor con tu tono de piel. Si pruebas la base de maquillaje en el rostro, puedes continuar extendiéndola hacia el cuello para comprobar mejor que el tono resulta apropiado y así estar más segura.

¿Usas la misma base de maquillaje en invierno que en verano? Error, a no ser que te mantengas igual de bronceada en ambas épocas del año. Por eso lo ideal es contar con dos tonos diferentes: uno claro, para los meses en los que no tomas el sol y uno un par de tonos más oscuro para la época de sol. Además, la textura de la base de maquillaje en verano debe variar: puede ser más ligera y sutil, ya que contamos con el bronceado natural de la piel como base.

Si, por ejemplo, de cara a la primavera queremos dar un toque más bronceado a la tez, lo mejor es recurrir a los polvos bronceadores mediante toques de maquillaje «stripping». Es un paso intermedio ideal entre la época inviernal y nuestro regreso triunfal a las playas.

Cómo aplicar la base de maquillaje

cómo aplicar la base de maquillaje

Además de la textura, el formato y el tono de base de maquillaje que mejor te vaya, puedes optar por diferentes herramientas para conseguir un cutis ideal:

Esponja de maquillaje: permiten un acabado natural y son muy versátiles. La opción más novedosa en este sentido es la esponja de silicona. Ideal para la base de maquillaje fluida. Pero también se puede usar con polvo o compactos.

Brocha kabuki: permite más cobertura que una esponja, pero con acabado natural y buen reparto de producto. Se usa tanto con maquillaje fluido como en polvo.

Brocha mofeta: permite una cobertura natural, más liviana que con una kabuki. Se usa con producto fluido sobre todo.

Lengua de gato: permite mayor cobertura que el resto de brochas y funciona tanto con maquillajes fluidos como en crema, compactos o en barra.

Las manos: para muchos maquilladores, la mejor herramienta para obtener el acabado ideal, ya que el trabajo con las yemas de los dedos permite calentar el producto y que este se asiente mejor sobre la piel.

TRUCO: para conseguir un acabado perfecto te recomendamos comenzar a aplicar puntos de maquillaje en el centro del rostro, por la frente, la nariz, las mejillas y el mentón e ir extendiendo el producto hacia los lados y hacia el cuello con la herramienta que prefieras (e incluso con los dedos).

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