¿Cómo resucitar los cosméticos en lugar de tirarlos a la basura?

Máscara de pestañas seca, barras de labios rotas, esmalte de uñas espeso... Todo tiene un truco para solucionarlo

Con estos trucos que te revelamos vas a sacarle el mayor rendimiento a tus cosméticos además de ahorrarte un dineral. Lee atenta nuestros tips porque te servirán de gran ayuda. Ese lápiz de ojos que no pinta, esa máscara de pestañas seca o ese labial que tanto te gusta y que se ha partido no tienen por qué ir a la basura: tiene una segunda vida ¡y hasta una tercera y una cuarta!

1. Cuando el rímel está seco. Es la gran pesadilla. A las pocas semanas de estrenarlo, se acaba espesando y al principio tiene un gran efecto en las pestañas, sin embargo, conforme pasan los meses se vuelve seca….¡pero no queremos gastarnos más en otra máscara de pestañas porque aún queda producto!

Existe una solución muy sencilla con un producto que seguro tienes en casa: el colirio. Pon un poco de colirio y notarás la diferencia. Si no tienes a mano gotas de los ojos puedes resucitar al rímel introduciéndola en una taza con agua caliente. Pasados unos segundos volverá a pintar como antes.

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2. Cuando la barra de labios se rompe. Es muy común que el labial se parta y luego resulta muy incómodo usarlo. ¡Se mueve tanto…! Pero puede revivir pegándolo de la manera más fácil: con la ayuda de un mechero. Aplica el calor durante unos segundos y después coloca el trozo partido sobre el resto de la barra. Se pega al instante.

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3. Cuando la sombra y los polvos de sol de desmoronan. Es muy común que cuando queda muy poco producto en polvo en un envase al final se acabe deshaciendo y luego resulta muy incómodo usarlo, así que nuestra finalidad es que el polvo vuelva a estar compacto. Con la ayuda de unas gotas de alcohol, un cuchillo muy afilado o un cúter y un algodón lo habremos arreglado.

¿Cómo? Termina de romper con el cuchillo o el cúter todo el producto, hasta que quede prácticamente hecho polvo, y distribúyelo uniformemente por el recipiente, después agrega unas gotas de alcohol –no te preocupes si te pasas porque se acabará evaporando- y presiona con un objeto duro. Deja la polvera abierta hasta que se seque y en unas horas ya podrás volver a usar tus polvos de sol y tus sombras con normalidad.

4. Cuando una barra de labios o un delineador no pintan. Están tan duros que incluso pueden hacerte daño al intentar usarlos para ablandarlos y así conseguir que pigmenten bastará con que pases un mechero por la punta y volverá a pintar como si estuvieran nuevos.

5. Cuando la laca de uñas está demasiado espesa. Aunque a priori lo primero que se nos pasa por la cabeza cuando tenemos un esmalte seco es echarle acetona, es un gran error porque no hará más que estropear el producto. Lo ideal es comprar un disolvente, pero si prefieres algo más económico, sobre todo cuando no tienes tiempo para salir, unas gotas de aceite de olida virgen te servirán de gran ayuda. Empaja un bastoncillo de los oídos en el aceite y deja que caída sobre el bote. Ciérralo y remueve. Repite el mismo proceso tantas veces como desees hasta llegar a la textura deseada.

6. Cuando quieres que tu labial se convierta en mate. Comienza aplicando un poco de vaselina sobre los labios para hidratarlos y a continuación retira el producto sobrante. Para asegurarnos de que no nos vamos a salir al maquillarlos, es recomendable que los perfilemos y seguidamente aplicamos el color directamente de tu labial favorito. A continuación, y éste es el gran truco, bien con un pincel o con los dedos, ponemos polvos translúcidos sobre los labios y vamos dando pequeños toquecitos hasta que el color esté uniforme. Quita el exceso de polvos con un pincel y ¡listo!

7. La magia de las brochas cuando están limpias. Tener el neceser lleno de productos de calidad es uno de los requisitos imprescindibles para que un look beauty sea perfecto, pero las herramientas que usamos para aplicarlos también requieren sus cuidados. ¿Qué hacemos cuando las brochas y los pinceles están sucios? No tienes que tirarlos, solo hay que lavarlos. Hay mil formas de limpiarlos, bien con un producto específico, que puedes encontrar en Kiko o Maquillalia, o con un limpiador casero: con una mezcla de agua, un chorrito de lavavajillas (que son antibacterianos) y unas gotas de aceite de oliva para que no se seque. Después cuélgalas hacia abajo y déjalas secar.

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