¿Qué corrector usar con cada tipo de ojera?

Es el producto más importante de un look beauty después de la base porque, bien aplicado, aporta efecto buena cara

Aunque hay correctores que tapan los tatuajes, los granitos, las manchas, las cicatrices, rojeces, hematomas…, el uso más común es el de iluminador en la zona más oscura de debajo de los ojos, es decir, las ojeras. Deben fundirse en la piel, iluminando la zona de la ojeras y dándole un aspecto buena cara en ese mismo momento.

Después de la base de maquillaje, el producto más importante de un look beauty es el antiojeras porque es el único producto que si se ha elegido bien es capaz de aportar luz al rostro al momento.

¿Cómo lo podemos elegir?

Antes de lanzarte a comprar el primer antiojeras que veas, es recomendable que sepas que tiene que ser uno o dos tonos más claros que el fondo de maquillaje para que ese color azulón de las venitas que rodean la zona se disimulen.

Eso sí, todos los colores no son válidos porque hay diferentes tonos de ojeras. Si tienes la piel azulada debes decantarte por un tono amarillo que aporte luz y disimule la oscuridad, si tu piel es de porcelana, hazte con un corrector en tono porcelana; si la piel es muy clara, apuesta por un color rosáceo, si por el contrario tu piel es oscura, los tonos melocotón acabarán con las ojeras.

Y si no encuentras tu tono exacto…

No te preocupes, a algunas mujeres les ocurre y nunca queda natural y tiene una razón: ese tono no es el suyo. Como solución, los expertos proponen mezclar entre dos y cuatro colores diferentes y fundir para acomodar los cambios  en el tono de la piel de la zona inferior del ojo, que puede variar según el día, las horas del sueño y las hormonas.

“A veces, un corrector es suficiente para resolver el problema de las ojeras. Hay que seguir las reglas, pero debería haber cierta flexibilidad sobre qué funciona y dónde. A veces algo tan atrevido como un colorete en crema color rosa claro o melocotón funciona en tonos de piel muy oscuros”, contó Bobbi Brown.

Qué podemos hacer si…

… el contorno se mezcla con el corrector, tienes que eliminar el producto. Hazlo con algodón o una esponja. Deja secar y a continuación aplica de nuevo el contorno de ojos y deja que se absorba antes de usar de nuevo el corrector.

aparecen grumos, es porque hay un desequilibrio entre el contorno de ojos y el corrector. Lo más probable es que la zona no esté hidratada, así que desmaquilla y repite estos dos últimos pasos.

sufres en efecto esquí. Te has pasado con el color, que es demasiado claro y da la sensación de que has estado esquiando, pero tiene solución. Pon, con ayuda de una brocha, polvos bronceadores. Así subirás de tono.

el color es demasiado oscuro. Es el efecto contrario al de esquí y puedes bajarle el tono con la ayuda de un poco de contorno de ojos. ¡Verás qué diferencia!

 

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