Guía para un uso correcto del tónico facial

Es el gran olvidado de las rutinas de belleza, pero su uso adecuado y continuado es clave en el cuidado diario del cutis

Limpiar e hidratar, estos son los dos pasos que todas tenemos interiorizados como básicos a la par que fundamentales en nuestra rutina de cuidados faciales de cada día y cada noche. Pero nos olvidamos de una parte importante, la de devolver a nuestro cutis el PH que ha perdido después de la limpieza y prepararla para que el tratamiento sellador, o sea la hidratante, sea realmente efectivo. ¿Y qué es lo que consigue todo esto? El tónico.

Sí, ese gran olvidado de la rutina beauty pero completamente imprescindible si deseamos de verdad lucir una piel fresca, hidratada, limpia, firme, con los poros cerrados y, lo más importante, sana. El tónico además proporciona una experiencia sensorial ya que tanto el olor como el frescor, así como el tacto que deja en la piel despierta los sentidos. Y la belleza al fin y al cabo se trata de bienestar.

Ya sabemos la importancia del tónico, pero ahora lo fundamental es aprender a usarlo de forma correcta. Es evidente que, al igual que ocurre con las cremas y los tratamientos faciales, cada piel tiene unas necesidades y hay que saber detectar el tipo que mejor nos viene. Y luego aprender a usarlo adecuadamente.

Tipos de tónico

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Dependerá del tipo de piel. Es decir, de secas o muy secas hasta grasas y muy grasas, pasando por sensibles, con acné o con falta de hidratación. A continuación puedes conocer una selección de los más recomendables del mercado.

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Cómo se utiliza

Hay varias formas de aplicar el tónico, aunque lo verdaderamente importante es quedarnos con el momento en el que debemos hacerlo dentro de la rutina de belleza. Así, siempre se usará después de la crema limpiadora o desmaquillante y antes de la hidratante (dejándolo secar al aire y de forma natural).

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Tres formas básicas de aplicación: Con un algodón o disco desmaquillante a golpecitos para no maltratar la piel; con la mano sin hacer círculos simplemente «untando» por el rostro o a modo de bruma con la ayuda de un aplicador de spray.

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