Cuarto de maravillas

Cómo disfrutar de las lecturas del verano (parte 3)

Redescubre con Cuarto de Maravillas las obras de Irène Némirovsky en una butaca amarilla en medio del bosque

Hoy cierro el capítulo de lecturas con una escritora del siglo pasado, redescubierta en el año 2004 (galardonada con el premio Renaudot) y de plena actualidad por haberse llevado al cine una de sus novelas hace unos meses: Irène Némirovsky. Y como no quiero recomendaros un libro, sino varios, tengo que estar cómoda y aislada, para releerlos y recordar qué es lo que me cautivó de cada uno de ellos hace ya casi diez años. Así que meto en el maletero (con gran dificultad, lo reconozco, pero los caprichos se pagan) mi butaca amarilla, mis libros de Irène Némirovsky y me voy en busca de un pinar solitario.

libros-verano5 libros-verano6

Para disuadir a  posibles merodeadores de perturbar mi paz, le pido a Thor que me acompañe, a lo que responde, como siempre, con gran entusiasmo, sobre todo porque este pinar es uno de sus lugares favoritos, lleno de piñas que morder.

libros-verano7

Siempre que leo un libro me apetece saber algo de su autor. Me cuesta trabajo ver la obra aislada, siento que no la entiendo del todo, que se me escapan matices, si no conozco el lugar de nacimiento, la edad o algún otro dato biográfico de quien la escribe. Y en el caso de Irène Némirovsky es aún más importante. Nace en Kiev en 1903, de familia acomodada (su padre era un banquero judío) que abandona Rusia tras la revolución bolchevique. Se instalan en París, después de una huida disfrazados de campesinos y una larga espera en Finlandia. Irène tiene ya 16 años, por lo que suponemos que esa fuga por Europa dejará en su memoria imágenes impactantes. Estudia Literatura en la Sorbona y empieza pronto a escribir. La esmerada educación recibida contrasta con un entorno familiar infeliz, que refleja una y otra vez en sus obras: un padre siempre volcado en sus negocios y una madre poco cariñosa y sin instinto maternal, más preocupada por su vida social y sus comodidades que por su hija. Su primer libro, «David Golder», narra la historia de un banquero que tiene muchos rasgos de su padre.

libros-verano2

Se casa con Michel Epstein, ingeniero judío con el que tiene dos hijas. Su vida acomodada en la alta sociedad parisina se ve alterada cuando se promulgan las leyes antisemitas: a su marido no le permiten trabajar en la banca ni a ella publicar. Se trasladan entonces a una pequeña localidad en el campo Issy-lÉvêque, donde habían enviado a sus hijas un año antes (1939) con la familia de su niñera. Allí serán capturados por los nazis y deportados a Auschwitz, donde mueren ambos con una diferencia de apenas tres meses. Sus hijas consiguen escapar, llevando consigo una maleta marrón con los manuscritos de su madre, entre ellos «Suite Francesa». En una entrevista que da su hija Denise en 2006 al recoger el premio de los libreros de Madrid, explica que la imagen que para ella resume esa época era la de un tren («Colgaban en los trenes unas redes, como hamacas, y ahí se ponía una capa de ropa, niños para esconderlos y otra capa encima. El tren es la huida y la deportación»). Pienso otra vez en los trenes como paradojas: huida y salvación frente a deportación y muerte.

libros-verano10

Mientras voy decidiendo cuál de los libros escojo, nos vamos alternando Thor y yo en el uso de la alfombra de polipropileno.

libros-verano8 libros-verano4
libros-verano3

Me he traído los cuatro que tengo suyos: «Suite Francesa» (2004), «El Ardor de la Sangre» (2007), «El maestro de Almas» (1939) y «El Baile» (1930). El primero de ellos supone el redescubrimiento de la escritora y el pistoletazo de salida a la reedición de los libros anteriores. Es una obra de madurez, intensa y dura, un retrato violento y cáustico de la sociedad francesa durante la ocupación alemana.

libros-verano13

«El Ardor de la Sangre» es la otra obra inédita de Nemirovsky, descubierta por sus biógrafos entre los papeles de su editor. Intimista y también de madurez, muestra el ambiente asfixiante de una villa de provincias francesa, un drama rural en el que las olvidadas pasiones juveniles salen a la luz para trastornar una supuestamente apacible vida.

libros-verano1

«El Maestro de Almas» dibuja el perfil del advenedizo en el París de los años treinta y de la estulticia de la clase burguesa. Es un libro triste que dejo para otro día.

libros-verano9

«El Baile» es el que finalmente elijo para releer hoy. Es su cuarta novela, la autora no tiene aún treinta años y, aunque ya se perfila su estilo irónico y desgarrado, adolece de cierta ingenuidad que me parece apropiado para la época estival (sobre todo, después de haber leído Charlotte de Foenkinos y un thriller psicológico como «La Chica del Tren»). Nos cuenta un episodio de la vida de los Kampf, familia que se ha hecho rica por un golpe de suerte en la bolsa. Todo su afán es ser admitidos en la buena sociedad parisina, y, con esa intención, deciden organizar un baile. Su hija de catorce años, Antoinette, espera poder asistir, pero su madre (fría, narcisista y despreciativa) no está dispuesta a compartir el protagonismo. Con gran elegancia y un argumento tan trivial como es la preparación de un baile de sociedad, Nemirovsky desgrana los sentimientos, pasiones y miserias de unos personajes que parecen estar inspirados en gran medida en su propia familia. Es una escritora lúcida, que hilvana magistrales descripciones de sentimientos humanos como la ruindad, la miseria, las envidias, los complejos y las frustraciones, sin necesidad de un lenguaje sofisticado o artificial.

libros-verano11

Cuando estoy cerrando el libro y mientras pienso angustiada cómo volver a meter la butaca en el maletero, veo de reojo a Thor que sale disparado hacia un perro que se acerca  de lejos. Cuando el dueño aparece tras un pino, con camiseta sin mangas, bañador descolorido y aspecto de estar fumado, entiendo su afán protector.  Sin darme cuenta, la butaca está encajada, el coche arrancado y yo de camino a casa. La butaca es de Ikea, los cojines, la libélula y la mariposa de Zara Home, las gafas de Massimo Dutti y la alfombra de Dash and Albert (comprada en Teklasic).

Las fotos son de Lucila Vidal-Aragón y Cuarto de Maravillas.

Más en Estilo de vida