El modista Lorenzo Caprile visitó Sevilla para presentar su segundo libro De qué hablamos cuando hablamos de estilo (Temas de Hoy, 2015) que ya prepara su segunda edición. «Tal como está el mundo editorial, es un milagro», aseguró a Bulevar Sur en una entrevista previa.

Pese a celebrar con 20 consejos de estilo sus 20 años en la profesión de modista («es la palabra que define lo que hago») si le preguntan por su pasado responde mirando hacia el futuro: «Siempre pienso que lo mejor está por venir y por hacer». Solo se permite la licencia de recordar con una sonrisa el traje de novia que hizo para Carla Royo Villanova, el que le empujó a montar su taller. «Éramos jóvenes e inconscientes. Le podría haber amargado la boda con ese vestido y yo haberme dado un “hostión”, pero mira aquí estoy», bromea.

Caprile comenta que en su oficio se reinventa todos los días. «Vas evolucionando y haciendo cosas que son iguales, pero que tiene que parecer diferentes porque la moda, al final, es eso», sentencia. Estas dos décadas no han cambiado su taller. Asegura que la industria sí que lo hecho, pero no un microcosmos como el suyo, «que vive prácticamente de las bodas». Cuando se le pregunta por la Alta Costura se cuadra: «Eso son palabras mayores, las altas instituciones del oficio, lo hacen 6 casa en el mundo». Lo que Lorenzo Caprile hace es «confección artesana de altísima calidad a medida muy cuidada».

Asegura el modista que mientras siga la tradición de las bodas los talleres como el suyo seguirán existiendo porque forman parte de un ritual: me caso, me hago el vestido a medida y mi madre y mis hermanas… «La tristeza es que desgraciadamente cada vez tenemos menos momentos para lucir vestidos especiales y bonitos», asegura. Caprile, que siempre se ha mantenido fuera del circuito de desfiles y semanas de la moda, encuentra en el cine y el teatro su particular exposición mediática. Ha vestido a actrices como Aitana Sánchez Gijón, Silvia Abascal, Carolina Bang y Macarena Gómez, entre muchas otras, para los Premios Goya y su labor como figurinista no cesa (este año estrena cuatro montajes).

Este libro, que pretende acercar la moda y sus elementos a todos los públicos, está escrito «para desmitificar la profesión y dar cuatro pinceladas de cultura básica de la moda». Con su redacción, clara y precisa –se nota su licenciatura en Lengua y Literatura-, ha pretendido huir «del tono pretencioso» que a veces se usa para hablar de nuestra profesión. No pierdan detalle de las ilustraciones que ha hecho para el libro, aparecen clientas de renombre con vestidos diseñados por él, trucos para vestir mejor o momentos clave de la historia de la moda.

Su principal consejo de estilo es directo, como lo es él: que nadie se engañe a sí mismo. «Las personas se dejan influir por revistas, por amigas que no son siempre sinceras, por sus inseguridades… Hay que sacar partido al cuerpo que cada uno tiene». En el libro desarrolla la teoría de que el estilo es algo en lo que trabajamos a lo largo de nuestra vida, como nuestra propia personalidad, con una serie de herramientas. ¿Cuáles? «Para empezar conocer bien nuestro cuerpo y no pensar en que vas a hacer dieta, el presente es este, y hay ciertas cosas del cuerpo que no se pueden arreglar quitando kilos. También estudiar muy bien el colorido».

Cuando ve a una mujer tiene la capacidad de captar su estilo e imaginarla vestida. Lorenzo Caprile, que asegura que la única seña de identidad es que sus trajes «sientan muy bien», se aleja de las tendencias. «En mi manera de entender la moda y, sobre todo con las novias, no me interesan. El día de tu boda no puedes ser la más moderna del barrio, tienes que ir guapísima aunque eso signifique ir más clásica o tradicional. La idea es que dentro de 10 años no escondas las fotos».