Diseñadores de moda andaluces

Nana Golmar diseña un sombrero exclusivo para Bulevar Sur

Visitamos el taller de la sombrerera en Sevilla y la entrevistamos para descubrir su mundo de sencillez y elegancia

Sombrero de Nana Golmar para Bulevar Sur

Este es el sombrero diseñado por Nana Golmar en exclusiva para Bulevar Sur. Podrás ver cómo lo lucen las azafatas de nuestro portal el próximo domingo 13 de diciembre en el Zoco de Viapol Center, un espacio que une productos de unas 40 firmas de primera línea de diferentes sectores, como moda, complementos, artesanía, decoración y gourmet. Bulevar Sur realizará una acción especial para todos los clientes del Zoco que consistirá en regalar una original bolsa de tela a todos los que compren en cualquiera de los puestos. El zoco se celebrará los segundos domingos de cada mes en horario de mañana, de 11:00 a 15:30 horas en el Centro Comercial Viapol Center, en calle Avenida de Diego Martínez Barrio, 4, Sevilla.

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El sombrero está inspirado en el cordobés o de ala ancha, pero algo más pequeñito. «Hecho en buntal, una especie de rafia, y como me encanta mezclar tejidos veraniegos con terciopelo, lo hemos hecho para conseguir ese contraste. Es de estilo juvenil por esos bordes “despeluchados”, la verdad es que es un sombrero muy nuestro, que favorece mucho y que está muy desvalorizado. Le hemos dado un concepto femenino, color rosa empolvado, cinta de terciopelo negra y un lacito zapatero». nos explica Nana Golmar en su taller de la calle O’Donnell mientras lo confecciona.

Nana Golmar tiene una de esas fascinantes historias que suelen ocurrir a menudo en el mundo de la creatividad y el diseño. Esta onubense afincada en Sevilla estudió Administración y Dirección de Empresas y trabajó durante algunos años en lugares que nada tenían que ver con los sombreros y tocados con los que ha conquistado a sus clientas. Entrar en su taller-tienda es para cualquier mujer como llegar a un paraíso lleno de color y posibilidades para adornar la cabeza. La mirada salta de sombrero en sombrero, de flor en flor y de lazada en lazada sin poder parar. De repente, quieres tener cualquier buena excusa para llevarte uno, dos o todos si pudieras. ¿Quién si no una madre iba a conseguir encauzar la carrera de una hija por el verdadero camino que la hacía feliz? Cuando le pidió que montase con ella una firma de tocados hace seis años, se lanzó.

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«Nunca había sido creativa, hasta suspendía manualidades. Pero cuando empecé con los tocados, me di cuenta de que me concentraba por primera vez en algo, me olvidaba del mundo», recuerda. Su madre y ella comenzaron en su casa en Huelva haciendo encargos para conocidos y amigos hasta que Nana se vino a Sevilla («en plena crisis», recuerda) a montar una tienda junto a Rocío Peralta. «Ella diseñaba sus trajes de flamenca y yo estaba allí con mis tocados y alguna ropa que traíamos de París».

Pero cuando empezaron a irle mejor las cosas un accidente de moto la frenó en seco. «Me rompí las dos manos y me planteé si aquello era una señal para que me dedicase a otra cosa. Fue un palo. Tres meses sin poder hacer nada e incluso me dijeron que seguramente no recuperaría toda la movilidad». Por suerte, en lugar de creer eso, se tomó la rehabilitación tan en serio y con tanta fuerza que ha recuperado el 100% y hasta exponen su caso en congresos de medicina. «Justo en ese momento, yo que no creo en las casualidades, me llega un curso de sombrerería en Madrid y decidí dar el salto desde los tocados, que es básicamente ir decorando bases». Y ahí comenzó su historia de amor con los sombreros y el arte de crearlos. «Como de alfarería, donde las manos son muy importantes para acariciar el material, tener ese tacto…», explica Nana.

La gente está muy perdida a la hora de elegir y llevar sombrero

El estilo de Nana Golmar puede definirse como muy sencillo. O al menos así lo dice ella. «Aquí cuando yo hacía un tocado con flores me pedían más, meterle plumas, velo… Y mi estilo es más sobrio. Mi primer punto de venta, de hecho, fue en Barcelona porque allí entendían mucho más mi estilo que aquí. Aquí estamos acostumbrados a más, me decían que a mis diseños les faltaba algo y ahora ya están entendiéndome», nos cuenta.

Su trabajo, 100% artesano, se distribuye en dos puntos de venta en Madrid y Barcelona. Y en el que tiene en Sevilla (y que comparte con el genial Luis Benítez) donde está habitualmente. Además de recibir encargos a medida, alquila sus creaciones. Los tocados por 40 euros y las pamelas, 60. Por 10 euros más, puedes personalizarlo según tu vestido o necesidades de tu look. Y ese precio incluye también el asesoramiento profesional sobre el estilismo final que llevarás. «Tengo claro que vendo un servicio, no te llevas el producto, es una manera diferente de comprar a la que la gente se está acostumbrando ahora. Antes un sombrero te lo ponías una o dos veces, y ahora se está creando más afición», responde. La mentalidad es que si una pamela me cuesta 250  euros, por ese precio me puedo poner cuatro diferentes para cuatro bodas. «Es mucho más bonito llegar como ahora una boda y verla llena de tocados y sombreros».

Nana Gomar. Vanessa Gómez

Puede que sea uno de los mejores momentos para dedicarse al sombrero. Preguntamos a Nana si están de moda. «Están muy de moda porque ya no solo es para bodas, en cualquier tienda los vemos, y ya para ponérselos por la calle sin que la gente te mire», responde. Asegura que hay ciudades donde están más acostumbrados, y pone el ejemplo del norte de España donde la gente se gasta el dinero en un buen sombrero de fieltro. «Aquí era más para ir de boda pero se está normalizando». Asegura que se trata de un complemento que perdió su uso, pero que favorece, te interpreta y hasta nos evita tener que peinarnos, bromea. ¿El problema? «La gente está muy perdida a la hora de elegirlo y llevarlo».

Como queremos que una experta nos de la claves, le preguntamos por los errores que hay que evitar cuando nos decidimos por llevar sombrero. «Un sombrero puede favorecer o conseguir todo lo contrario. Hay que encontrar la armonía, el equilibrio», asegura. Nos advierte de que la moda de llevar «pamelones» es peligrosa. «No debes llevar un ala más ancha que tus hombros porque te vas chocando con la gente. Y ahora van con sombrillas a las bodas, No por más grande es más bonita o llamativa», nos explica. A la hora de elegir nuestro sombrero tenemos que tener en cuenta detalles como la altura, la forma de nuestra cara, la anchura de hombros… Un juego con la fisonomía para que el sombrero «no nos coma» y resalte y estilice nuestras facciones.

Si el vestido el protagonista el sombrero debe ser sencillo y al revés

Nana Golmar escapa, como puede, de las modas. Ahora que todas quieren esas grandes pamelas ella se decanta por acortar alas y cree que no por ello consigue un resultado menos espectacular. ¿Y si todas llevan coronas de flores o canotiers?  «Ahora en las bodas encontrarás 20 canotiers, 20 coronas de flores, 20 pamelas… Pero no dejas de ponerte falda porque muchas llevarán, ¿no? Hay faldas y faldas y con los tocados y sombreros pasa igual», explica.«Entiendo que hay modas y más si favorecen mucho». Ella, por ejemplo, busca renovar el tocado de flores con otro tipo de flores que parecen de verdad, con mezclas que nos impiden saber hasta qué tipo de flores son.

¿Hasta qué puntos la tendencias de lo textil le influyen a la hora de diseñar sus sombreros? Nana cree que puede que inconscientemente las incluya. «No soy muy de comprar revistas, pero la moda la ves en la calle, te quedas con ideas y también, por supuesto, influye la ropa que trae la clienta cuando me hace su pedido. Ella cree que el look cuenta una historia, por tanto cuanta más información tenga de lo que va a llevar mejor podrá hacer su parte de esa historia. «Si el vestido es protagonista, la decoración debe ser sencilla, pero si trae algo simple, con un pedazo de sombrero y cartera puede tener un look de boda». Considera que lo que se lleva ahora es ir a una boda con lo que era la ropa de diario en los cuarenta, cincuenta o sesenta. Esas faldas midi, las cinturas con vuelo, las camisas…

Pero… ¿Está todo inventado en sombrerería? «A veces tengo ese pánico de los escritores de la página en blanco, pero después siempre hay algo que se me ocurre», responde. A Nana Golmar le puede inspirar cualquier cosa, incluso cuando duerme: un color, un material, el vestido que le trae una clienta, una foto… «Esas cosas se convierten en el principio de mi trabajo y me llevan a algo nuevo».

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