feria de abril 2015
Diccionario para no liarla en el real
Cornucopias, pañoleta, cacharritos, farolillos o rebujito, palabras de las que la fiesta se ha adueñado

La Feria de Abril es universal, pero tiene lenguaje propio, no excluyente, que en el real, que así se llama el recinto donde se celebra, a nadie se le pide el carnet de sevillano, pero algunas palabras pueden llevar a confusión a quienes no han pisado nunca el albero, que, por si no lo sabe, es esa tierra amarilla que cubre las aceras.
Vayamos por parte. En la Feria la Portada no es la del ABC, sino la estructura que sirve como entrada a un recinto que, por otra parte, no tiene puertas y por dónde se puede acceder por donde mejor le venga. Da acceso desde la calle Asunción a la calle Antonio Bienvenida y cada año cambia, en muchas ocasiones se inspira en un monumento o parte de un edificio de la ciudad, este año el Museo de Bellas Artes y las torres del edificio de Telefónica de Plaza Nueva.
En la calle, los «farolillos» son las piezas de papel, en tono rojo y blanco, que cubren las bombillas y dan color al cielo del real.
La «pañoleta» es uno de los elementos más característicos de las casetas. Es la estructura triangular que corona su zona de acceso, está pintada generalmente con motivos arabescos, flores o dibujos que hacen alusión al nombre de la caseta. En su interior es fácil encontrarse decoraciones a base de abanicos, cuadros y espejos dorados de formas curvas o «cornucopias».
Allí se puede disfrutar de una buena copa de manzanilla o fino aunque en los últimos años se ha puesto de moda el «rebujito», una mezcla de manzanilla y bebida gaseosa muy refrescante, mientras se bailan «sevillanas» que así se llaman no sólo las mujeres nacidas en Sevilla sino el baile dividido en cuatro piezas de nombre muy normalito: la primera, la segunda, la tercera y, si llega, la cuarta.
Algunas hasta se atreven a bailarlas con «palillos», que no se parecen nada a los del tambor ni a los que se usan en comidas orientales, sino que es como se denominan las castañuelas. Ah, los trajes son ellas son «de flamenca» o «de gitana», nunca de «faralaes»; los de ellos, «de corto», en clara alusión a la chaqueta. Ellas pueden llevar en el pelo, además de la flor, «peineta» y «peinecillos», la primera es más grande, los segundos sirven para sujetar el pelo rebelde y dar color al conjunto.
Los «caballistas» son todos los que se pasean a caballo por el real y los «enganches» son los coches tirados por estos equinos o por mulas. Distinguir el tipo implica paciencia y mucha afición, pero los más habituales sueler ir enjaezados «a la calesera», con borlones y cascabeles.
Si se ha cansado de bailar y quiere vivir otras sensaciones, puede pasarse por la «calle del Infierno», pero no se asuste, allí la mayoría no va a sufrir sino a disfrutar de los «cacharritos», las distintas atracciones de la Feria.
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