Lo que no puede faltar a la mesa en la Feria de Córdoba

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Llega la gran fiesta del mayo cordobés, llegan los días de paseos y bailes sobre el albero, de charlas y risas con amigos bajo las lonas de las casetas. A dos días de inaugurar la Feria de Nuestra Señora de la Salud, nos preparamos también para brindar con nuestros mejores vinos y compartir los platos estrella de la gastronomía cordobesa. Porque esta fiesta también tiene su sabor particular: te contamos lo que no puede faltar a la mesa.

Las propuestas gastronómicas de las casetas se basan en recetas tradicionales, donde la estrella son los platos cordobeses. Siempre presente el salmorejo, con su jamón picado y huevo duro, más el toque final del aceite de oliva. También esencial el flamenquín, en su versión clásica o en bolitas, para consumir de un bocado.

Los embutidos, y más si son ibéricos, son la mejor apuesta. Jamón, lomo, salchichón o chorizo con los mejores quesos para empezar a abrir boca. Y seguimos con algo «fresquito» como las ensaladas de tomate con melva o las ensaladillas; rusa o de gambas. Y si nos apetecen patatas podemos probarlas aliñadas, bravas, en tortilla o con los huevos «estrellaos».

El marisco también se encuentra entre los clásicos de la feria. Los platos de gambas frescas o langostinos se repiten en la carta de las casetas. Por otra parte, el pescado que probaremos será sobre todo frito. Calamares, boquerones, bacalao, gambas rebozadas o adobo, solos o combinados, son igualmente un buen centro de mesa.

En cada cocina utilizan sus secretos para las elaboraciones aunque lo básico es siempre la ración y la presentación fácil para compartir. Así triunfan las lagrimitas de pollo, las croquetas (de siempre, de rabo de toro, de bacalao…), y los pinchitos. Además de las berenjenas fritas, las tostas y, por si a alguien se le antoja, los montaditos.

Siempre hay quienes quieren terminar con algo de carne o chacinas, y para ellos están los chorizos al vino, la morcilla o el lomo en manteca. Las opciones para todos los días son muy variadas pero no hay que olvidar el arroz, la paellera compartida, que es el menú para los días especiales.

Y todos los buenos platos, de las mejores cocinas cordobesas, son regados en estos días con los mejores vinos de la tierra; los de la D. O. Montilla Moriles. Y así nos encontramos con fino para los más clásicos, o rebujito para los que quieren mezclarlo con gaseosa o «seven-up». La mesa de la feria está puesta y no falta ni el vino.

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