Taberna Jicales

La antigua Taberna del Cazador, lleva ya cincuenta años calmando la sed y llenando el buche de los vecinos de Osuna. Del café, el aguardiente y la asadura para la gente que se incorporaba a la fábrica, han levantado un templo del tapeo que, con el nombre Taberna Jicales, bien conocen los osunenses y, a buen seguro, dejará satisfecho a cualquier visitante que se deje caer por la calle Espartero.

En la Taberna Jicales mantienen una gastonomía tradicional y sencilla, de hecho, aún se encuentran en las pizarras algunas de las tapas que se servían hace cincuenta años, como las manitas de cerdo o el menudo. A ello se suman nuevos inventos, como las tostas variadas, el pincho de langostinos o la brocheta de solomillo.

La decoración es rústica, y las imágenes que cualgan en las paredes no tienen desperdicio. Vale la pena distraerse un rato con los retratos que hablan de los cincuenta años de experien