Restaurante CibelesCibeles, moderna taberna cordobesa

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Cibeles no es estrictamente una taberna. No es tampoco un simple restaurante. Ni, pese a la sobresaliente calidad de sus mariscos, una marisquería. Es de todo lo anterior un poco, y todo con una solvencia y un nivel más que notable. Creo que puede afirmarse que es una moderna taberna cordobesa, o la mejor y lógica evolución de la tradicional taberna, en la que se aprecia un ambiente tranquilo, con multitud de clientes conocidos y habituales que han convertido este lugar en una prolongación de su hogar. Un local que seguramente carece de la solera que da el tiempo, pero al que le sobra la que proporciona una clientela fija y fiel y la calidad de cuanto se despacha.

Está situado en una calle de intenso tráfico pero de anchas aceras con fácil acceso desde la vecina Teruel.

Dispone de una no muy grande pero agradabilísima terraza habitualmente llena. Su interior es discreto, distribuido en dos zonas: la primera con una magnífica barra donde disfrutar una buena manzanilla, un buen fino o una muy bien tirada y fría cerveza acompañada de soberbias, en cantidad y calidad, tapas; la segunda, un pequeño y acogedor comedor con apenas siete u ocho mesas, decorado de modo sobrio y con diversos motivos taurinos y atendido por un personal profesional y eficaz, dispuesto a ayudar en la elección al comensal en todo momento.

De su carta, muy variada, es imprescindible destacar la excelsa ensaladilla de gambas, soberbia, sabrosa, redonda: es un templo de ese sencillo y exquisito plato, y ningún comensal en este restaurante debe privarse del lujo de probarla. Sin duda la ensaladilla es no ya el entrante sino el plato estrella de Cibeles, pero rayan también a gran altura el acertado pavo en escabeche así como el fresquísimo salpicón de marisco, todos ellos clásicos también de la barra. Entre las carnes, también hay material donde elegir, desde los convencionales flamenquínes de ternera o la muy correcta presa ibérica -con unas patatas fritas soberbias- hasta el muy recomendable rabo de toro, otra de las especialidades de la casa. Si nos acercamos al pescado, manejan el adobo con maestría, y sus boquerones son una auténtica delicia. No se puede dejar de hacer una referencia al marisco. Aunque de aspecto modesto, Cibeles tiene una de las mejores ofertas de marisco de la ciudad, con una calidad de primera, traído desde las costas andaluzas y desde la gallega Cedeira del gran y admirado Bieito Rubido.

La oferta de vinos es corta pero bien seleccionada, con precios muy contenidos y sus postres responden al nivel general del restaurante, destacando el tocino de cielo casero y la tarta de Santiago especial.

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