A este rinconcito mágico de Castilleja es obligatorio volver. Doce tapas y los fuera de carta. Creatividad, producto… Toda una oferta enfocada a la materia prima que se cuela por el tamiz de la originalidad, siempre con sentido y salvaguardando su razón de ser. 12 Tapas es muchas cosas, pero sobre todo un buen restaurante capitaneado por el chef Tué García. Un tesoro aljarafeño que se acerca con mimo a la cocina andaluza.
En este espacio se permite hablar de experiencia, tanto por la comida como por el trato cercano y servicial con el que se trabaja para los comensales. Un lugar excepcional donde la gente acude a celebrar y probar algo diferente.
Lo primero que pedimos fue el bocado que rinde homenaje a la mujer que vendía tortas con un canasto hace un siglo y que hoy es uno de los símbolos del pueblo: Inés Rosales.
Unatorta de naranja con foie al palo cortado para entrar con gusto en el almuerzo.
Después llegó «La Tapa», que por sí sola hubiera bastado. Al fondo de este cristal traslucido aparecieron unas migas con ajo negro, huevo poché, vinagreta de generosos y botarga. Una delicia. «Esto juega en otra liga», comentó un señor en la mesa de al lado. Sabiduría popular.
Los canelones de carrillada con crujiente de mozarella y velouté también nos parecieron soberbios. Y los tacos sanluqueños nos trasladaron a Cádiz en apenas unos segundos. Así nos abrazamos al mar y a las viñas con los langostinos tigre y la cebolla guisada en manzanilla en una tortilla de trigo. La desembocadura del Guadalquivir pintada sobre un plato. ¿No es eso la cocina?
«El Vikingo» es otra tapa con historia que recuerda el paso de esta civilización por el Aljarafe y su legado quesero: un pan de tomillo con queso de cabra y confitura de higos que podría entenderse como postre.
Para terminar, elegimos el cubo de chocolate en diferentes texturas y temperaturas. Así cerramos una comida que todos desearíamos repetir. Porque el restaurante 12 Tapas es un oasis en la azotea de Sevilla. La gastronomía de la localidad avanza, pero aquí se ha parado a clavar su bandera.