No es este un restaurante al uso por muchas cosas. La primera y principal porque en su interior tienen mesas altas y sólo en su terraza ?mejor no digo «veladores» que se los quitarían? tiene unas mesas bajas de exterior, pero de las costeadas y cómodas.
La segunda porque tienen una carta de referencia, pero donde de verdad dan el do de pecho es en los «fueradecarta». Y la tercera es que sus propietarios cerca de esta ubicación ya tienen un magnífico restaurante,
El Gallinero de Sandra, y aquí vienen a divertirse.
Todas las claves de El Disparate
Y divertirse no quiere decir a pasar el rato, sino todo lo contrario, a darle vueltas y más vueltas a la cocina buscando cómo sacar
lo mejor de sus fogones
: combinaciones nuevas, refinamientos de platos tradicionales, etc. Y donde el origen catalán del cocinero se nota en muchos guiños, recetas y planteamientos.
Hacemos boca con unas patatas, bravas no, bravísimas, gracias a su salsa de jalapeños y con un merecido homenaje a la casa matriz en forma de los conocidos y reconocidos huevos del gallinero. Buen principio.
En seguida nos metemos en lo mejor de la visita, unas alcachofas plancha con salsa romescu deliciosas. Y en la que la salsa hace lo difícil, sumar y multiplicar.
Seguimos con un arroz salteado de pato con langostinos. El arroz en su punto, un toque asiático y unas verduras que acompañan bien (zanahoria, calabacín, judías…) redondean el plato.
Lo siguiente que nos llega son unos contundentes ravioli con langostinos y verdurita, en una sabrosa crema de calabaza. Y hoy terminamos con un pincho de secreto con cous cous, en el que la delicadeza del couscous casa a la perfección con la fortaleza del secreto y el curry…
¿Y de postres?
Bueno, después llega el muy recomendable mus de mascarpone que si lo prueban ya sabrán ustedes el porqué…
Es ya nuestra tercera visita a este establecimiento que lidera ya, sin dudas, nuestra clasificación de la restauración en la zona de la Alameda, por su calidad, innovación y el cuidado que ponen en todo lo que hacen. ¿Puntos de mejora? Claro que los tienen, pues no llevan ni un año abierto, y así, sería conveniente indicar los precios de los «fueradecarta» (especialmente del pescado) para que nadie se lleve sorpresas, y de paso deberían seguir en el camino de profesionalizar el servicio: no basta sólo con que sean encantadores, que lo son.
Así que muchas gracias por atreverse a poner la pica de la buena gastronomía en el oasis de la Alameda y, sobre todo, por divertirnos con sus travesuras.