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EuropaEuropa: «De solera y nuevas tendencias»

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Es clásico o romántico, no sé. Pero el Europa entra dentro de la lista de los bares y restaurantes míticos de Sevilla.

Este antiguo café, que abrió en los años 20 del siglo pasado, fue reformado a finales de los 90. Y desde entonces ha sabido conservar la línea que mejor lo define: la solera. Aunque siempre consciente de las nuevas tendencias que han llegado a la ciudad.

¿Qué hay detrás del mítico Europa?

Es necesario conocer este pequeño contexto antes de entrar por su puerta. Aunque el azulejo que anuncia el nombre del local ya habla y cuenta historias por sí solo.

El Europa goza de una terraza situada en una de las plazas más bonitas y tranquilas de la ciudad.

Es la llamada Plaza del Pan. Huyendo del bullicio propio de otras zonas, este es el lugar perfecto para escuchar, de vez en cuando, el silencio en el centro de Sevilla. La cúpula de la Iglesia del Salvador o el edificio Pedro Roldán son dos maravillas arquitectónicas que pueden disfrutarse con una buena tapa sobre la mesa.

Así es su carta

Así nos sentamos en uno de los veladores, para que acto seguido un camarero de enorme simpatía nos atendiera. Lo primero que pedimos fue el santo y seña de esta casa: el ajoblanco. Vino acompañado de unos pedacitos de mojama y granada. Lo cierto es que es una tapa exquisita. Tal vez la mejor. Por su sabor, por su textura, por su declaración de intenciones.

El almuerzo, en general, fue muy bueno. Aunque tuvo algunos bajos. Comienzo mencionando estos para quedarnos después con un buen sabor de boca. Así lo menos conseguido fue la escalivada de sardina, ya que no parecía ser un producto fresco del día.

El tataki de ternera, que llegó rociado de romero y con una crema de mango, no estuvo mal. Como pueden ver en la foto, demasiado hecho. Tampoco se tomaron la molestia de poner mantel.

Obviando estos pequeños deslices, continuamos con la agradable velada, ahora a base de fritos. En primer lugar, unas croquetas de jamón de masa finísima. Nos encantaron. Y si mi acompañante ?a quien tan solo le gustan las piezas más selectas? opina esto, es que son verdaderamente buenas.

Lo que también nos resultó delicioso fue el crujiente de langostinos. Cansados de los típicos capirotes que se han puesto de moda en numerosos establecimientos, cuya calidad es más bien baja en bastantes ocasiones, los del Bar Europa superaron todas las expectativas. Los hacen con puerro y acompañados de una mayonesa de wasabi. Les van a merecer la pena.

Nos acercábamos a los postres cuando nos recomendaron algo fuera de carta: una arepa rellena de chorizo y pringá para los más valientes. Este pan de maíz típico de Sudamérica, que fue presentado en la «Sevilla Tapas Week», es un plato suculento. Solo apto para los que, todavía con hambre, quieren cerrar el almuerzo.

¿Y qué hay de postre?

En la carta leímos varias tartas antes de que el camarero colocara una gota de miel en cada labio: «La de frutos rojos no nos queda. Lo siento mucho. Sin duda, es la mejor», anunció. Así que elegimos una de tres chocolates que estaba correcta, pero nada más. Volveremos a por la otra. Porque aquí hay que volver.

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