SidoniaSidonia Tapas: Alameda a la mesa

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La Alameda de Hércules, ya no es lo que era. O sí. Este enclave sevillano siempre fue un lugar trasgresor en las costumbres y poco vigilante de la buena conducta. Con esos mimbres, las artes se singularizaron en el arte y desde el flamenco hasta las letras alcanzaron un brillo que en otras partes de la ciudad quedaba sepultado por el polvo y la caspa de lo tradicional.

Ahora el barrio se ha reinventado, pero mantiene la vocación creativa y rompedora de moldes. Las tabernas y las mancebías, donde tantas noches el aguardiente y los cantes eran el acompañamiento del comercio al por menor de besos y caricias en metálico, ahora son negocios de lo más variopinto.

Sidonia Tapas, gastronomía innovadora

Y, cómo no, la gastronomía más innovadora ha encontrado aquí el público adecuado y propenso a la creatividad.

Sidonia Tapas es el hermano menor del exitoso Dúo Tapas en la misma acera y en la humilde opinión de este cronista, mejor y más selecto. Decorado en tonos negros, sus paredes alternan botellas y paños de losas hidráulicas en un ambiente que recuerda un cabaret o cafetín cantante, para acompañar mesas apropiadas para la reunión en torno a una comanda de muy pocas sevillanas maneras.

Tapeo, que no picoteo (como ellos llaman horrorosamente a las tapas, que parece que ofrecen alpiste a la avifauna) de aires andinos y asiáticos. Uno aconseja estrenarse con los gnochis al gorgonzola o el niguiri de sardina al carbón, antes de meterse en palabras mayores para compartir como un wok de fideos yakisoba con pollo. Todo mejor confeccionado que servido por culpa de un personal algo distraído e inexperto.

También hay sabores de siempre

Si quieren volver a sabores más formales prueben sus croquetas desde puchero a marisco con toque agresivo de pique. También tienen un braserío acogedor para el cliente más conservador, donde pedir el lomo bajo de buey, el secreto ibérico o el magret de pato.

Curiosamente a toda esta cocina asiática le viene al pelo el generoso de Jerez, y un Tío Pepe frío hace más llevadera la gyoza japonesa o los Tokio rolls o los emblemáticos Dim sum de codillo. También tienen referentes de cervezas artesanas como Desiderata o Punk Ipa para los más atrevidos y Alhambra o Heineken para el público más prudente. Una completa carta de vinos nada habituales completa la oferta de líquidos rojizos como Zancúo, Delirio o Goru, entre muchos más.

Toda la carta se la puede llevar usted a casa si no quiere llevársela puesta en el local, servida sobre los pizarrines negros de rigor en la gastrorestauración moderna. Les podrá gustar más o menos, pero una cosa es segura: Sidonia no les dejará indiferente. Como la Alameda misma.

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