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Tapas ViapolViapol Tapas: «Eso es así»

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«Eso es así», canté para adentro durante mi experiencia en Viapol Tapas, un bar de cocina tradicional donde bien podrían haberse grabado alguna de las míticas escenas de Los Compadres. Porque es uno de esos establecimientos que nos recuerda de dónde venimos entre tanta cocina internacional o vinculada a nuevas tendencias. En este pequeño local situado en el barrio de Viapol no hay nada nuevo. Nada. Ni lo quiere ni lo pretende y tampoco lo necesita. Es uno de los clásicos que no fallan.

Con suerte conseguimos una mesa para cinco personas en un caluroso mediodía entre semana del mes de julio. Dado el tamaño limitado de la barra, la pequeña terraza y el comedor, y la cantidad de clientes que desde hace años se sienten atraídos por sus económicas tapas, sería conveniente reservar.

¿Y la carta?

Antes de comenzar, decidimos pedir a base de medias raciones para compartir entre todos, sabia decisión si quieren probar varios platos, pues en ellos prima la cantidad por encima de otros factores como la presentación. ¿Y con qué empezamos? Pues con una tapa de papas aliñadas a la jerezana que vinieron de oficio y un correcto arroz negro con gambas y calamares que estaba fuera de carta. El alioli casero que lo acompañaba resultó delicioso, así que todos coincidimos: «está mejor que el arroz».

Después llegaron los fritos: boquerones abiertos sin espinas, una de las raciones preferidas en esta casa, y las taleguillas de queso, que casi se comían más con la nariz que con la boca. Qué intenso. Qué bueno. Y si la cosa iba de quesos, también llegó un pan de lomo al Jerez y queso viejo rociado de aceite para mancharse con gusto las manos. El pan era enorme. Cuidado.

Colgado en la pared, leímos un titular que nos llamó la atención: “La carrillada de Viapol Tapas, entre los diez platos preferidos por los usuarios sevillanos”, rezaba el recorte de un antiguo ejemplar del Diario ABC. Así que fuimos a por ella. Y lo cierto es que la carrillada al vino tinto nos pareció de lo mejor que probamos durante el almuerzo. Tan tierna y sabrosa que cometimos esa vulgaridad de limpiar el plato. Lo confieso.

Por último, llegó una tapa de macarrones con chorizo con la que quisimos volver sin éxito a la infancia y un revuelto de gambas, trigueros, champiñones y jamón con ajitos gordos. Coman un poco con la foto, que seguro les apetece.

¿Y qué hay de postre?

Aquí lo tuvimos claro. Traiga dos postres para compartir, los que usted quiera. Y el camarero se decantó por el crepe de chocolate negro, cuyo amargor fue fantástico, y un fino tocino de cielo acompañado con una bola de helado de turrón.

La pared, decorada con fotografías de clientes, parece ser un reflejo de lo que allí sucede en cada servicio. Viapol Tapas es un bar de amigos, familias y conversaciones. Un bar de gente, leves jadeos y trato cercano, donde se ofrece «lo que los sevillanos quieren», según anuncian en la web. Y eso es así.

Tapas Viapol

Valoración
  • Mala
  • Regular
  • Buena
  • Muy buena
  • Excelente

Buena

  • Comida
    3/5
  • Servicio
    3/5
  • Ambiente
    3/5
Precio
  • Bajo
  • Medio
  • Alto
  • Muy alto

Medio

Tipo de cocina
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