Descubre la ruta del cochifrito cordobés

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Su nombre proviene de la unión de las palabras «Cochino» y « frito». Y su elaboración no por simple es sencilla. El truco está en cortar el cochinillo en trozos pequeños, sazonarlos con sal y freír en abundante aceite de oliva virgen extra junto con un buen puñado de dientes de ajo hasta que las piezas queden crujientes. Pero si no queremos errar, lo mejor será recurrir a las recetas de los profesionales. Y Córdoba es un lugar donde encontrar un magnífico cochifrito a cada paso. .

Taberna La Montillana, en plena Plaza de San Miguel, es uno de sus «templos» clásicos. Junto al plato del día, las tapas estrella son el cochifrito, el salmorejo cordobés, las berenjenas fritas con miel de Montoro y los cartuchitos de pescado.

Además, es uno de los lugares preferidos de Finito de Córdoba y Arantxa del Sol para ir de tapas.

Si el hambre nos acecha por la zona de Capitulares, podemos visitar Taberna Salinas. Su oferta gastronómica es también cordobesa al cien por cien. Platos sin grandes pretensiones y de profundas raíces locales, ya que de lo que se trata es de continuar con la tradición. Espectacular su salmorejo, el rabo de toro, las croquetas del cocido o el flamenquín.

Muy cerca está Kurtuba Gastrobar,  un local moderno y acogedor donde desayunar, degustar tapas y cervezas o deleitarse con un buen almuerzo o cena en su zona de restaurante. Ofrecen auténtico cochifrito ibérico del Valle de los Pedroches. Su chef es Paco Torres, quien ha basado su éxito en la  cocina tradicional con un toque de distinción. De hecho, sus  lomitos de bacalao en falsa salsa riojana , le hicieron ganar la Feria de la Tapa de Bilbao.

Para los menos ortodoxos está La Cazuela de la Espartería.   El bastión de Pepe Salamanca ha convertido en clásicos su llamenquín, salmorejo, carrillada y berenjena a La Cazuela. Otros de los más vendidos son las alcachofas con rabo de toro y el cordefrito (cochifrito de cordero). Idearon su receta de pura casualidad y hoy sus clientes no les permiten que desaparezca de su carta

Ya fuera de la ciudad, Cardeña es un destino directamente ligado a la excelencia aplicada al lechón frito. Y su sede no es otra que Casa Miguel, donde su cocinera y propietaria, María de los Ángeles Romero, de 55 años, guarda con celo su exitosa fórmula.

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