Ruta gastronómica por la Córdoba de Manolete

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En el centenario de su nacimiento se acumulan los actos en honor del llamado IV Califa. En www.gurmecordoba.es también queremos rendirle nuestro particular homenaje en forma de ruta gastronómica tanto por sus lugares favoritos, como por aquellos ubicados en los barrios cordobeses que tuvieron un significado en su vida. «Manolete solía frecuentar los ya desaparecidos Casa Paco Acedo, junto a la Torre de la Malmuerta, Taberna Paco Cerezo (en la zona de Colón), el Bar Plata (en la céntrica calle del mismo nombre) y la Cafetería Dunia, ubicada en la Avenida del Gran Capitán», apunta Rafael Jordano, Director de la Cátedra de Gastronomía de Andalucía y apasionado de la Fiesta Nacional.

 

El diestro también se rendía a los platos de la Taberna San Miguel- Casa El Pisto (Plaza de San Miguel, 1), en cuya barra tienen un rincón dedicado a su cliente y vecino más ilustre. Fundada en 1880, esta taberna-estanco siempre ha estado vinculada a la vida taurina. Por sus mesas han pasado artistas, toreros, intelectuales, hombres de ciencia, labradores, corredores y hasta la picaresca cordobesa.

Especialmente curiosa resultaba la superstición del padre de Manolete, quien no podía salir por la misma puerta que había entrado, por lo que se marchaba por el acceso que está situado en la Calle San Zoilo.

 

Al igual que Manolete, sus precedentes en el honorífico Califato de Córdoba, Machaquito, Lagartijo y Guerrita, también frecuentaron las mesas de la Sociedad de Plateros María Auxiliadora. Ésta es la tercera taberna de Sociedad de Plateros, data de 1930, y está ubicada  en pleno barrio de San Lorenzo (Calle María Auxiliadora, 25). Actualmente está regida por el chef Manuel Bordallo, y también es conocida como «El Templo del Bacalao» (la gran especialidad de la casa).

Aunque hay locales por donde nunca pasó el diestro nos permiten imaginarnos a la perfección los detalles de su corta existencia. La Taberna La Fuenseca, situada en la Calle Juan Rufo, 20, en el barrio de San Andrés, es uno de ellos. En sus paredes se  siguen conservando fotografías, recuerdos, notas y demás objetos relacionados con el matador.

Otro local unido la leyenda del famoso cordobés es la sede de la Tertulia Taurina Santa Marina, que no es otra que la Taberna La Sacristía (Calle Alarcón López, 3)  frente a la casa Hermandad del Resucitado, donde se  guarda con celo el traje de luces que Manolete vistió el 26 de agosto de 1947 en Santander, la última tarde que abandonó a pie una plaza.

Nuestra tercera parada es en el Rincón de las Beatillas (Plaza de las Beatillas, 1), en el popular barrio de San Agustín, que junto a Santa Marina, es el enclave torero de Córdoba por antonomasia. En este local  tiene su sede la Peña Taurina Manolete, que custodia instantáneas y recuerdos del torero.  A principios de siglo la taberna era una piconería, pasó a ser bodega y más tarde, allá por los años 40 una taberna, tal y como se conoce hoy en día. Le debe su nombre a la plaza en la que se está situada. Antiguamente, había allí un beaterio, donde las beatas vivían en comunidad siguiendo estrictas normas. Cuentan las leyendas que una de ellas era la encargada de realizar los recados y por ser de estatura pequeña, la conocían como «La Beatilla».

Tampoco hay evidencias gráficas, aunque sí sospechas, de que el torero conociera de primera mano Bodegas Campos. Lo que sí resultó verdadera fue la amistad de las hermanas de Manolete con la familia Campos, convirtiéndose en asiduas de esta casa solariega de la Calle Lineros, 32 o lo que es lo mismo, en las inmediaciones de la Plaza del Potro y La Ribera.

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