El Olivo: El buen yantar de la Subbética

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Al restaurante El Olivo de Luque hay que ir pero no por puro azar. hay que hacerlo por dos razones. La primera de ellas, para degustar sus sabrosos y suculentos platos. La segunda, porque no es un lugar de paso cualquiera. El próximo mes de noviembre cumple cinco años en manos de sus propietarios: Eloísa Cañete y Mateo Barona. Cuando se adentraron en esta aventura culinaria apostaron por hacerse un hueco en el sector bajo la premisa de ofrecer una cocina excelente con una base de productos frescos de la mejor calidad y una elaboración tradicional con un toque innovador y creativo.

Un reto nada fácil pero que «con mucho trabajo», insiste Mateo, lo están logrando ya que con un rostro en el que no cabe más satisfacción, el dueño de este joven restaurante resalta que «tenemos unos comensales que son fantásticos» y lo mejor, apunta, «es recibirlos una y otra vez, y que quieran repetir platos porque nos dicen que están exquisitos».

Buena parte de culpa de tener a todos estos clientes tan satisfechos la tiene Eloísa, la cocinera, que se sorprende por ello pues según dice «cuando nos embarcamos en esto yo no tenía escuela, cocinaba en casa y además me consideraba mala cocinera». Pero Eloísa tenía escondido un don para los fogones que salió a la luz cuando cambió los de casa por los de su restaurante. «Al final te metes, empiezas a investigar y casi sin darte cuenta estás creando tus propios platos», comenta.

Y así, tirando de sus conocimientos, de imaginación y el apoyo de su hijo Kisko, futuro cocinero, en la carta de El Olivo hay 52 platos donde las especialidades de la casa son además los intocables.

El plato más especial es la milhoja de berenjenas, pues «nos dio a conocer», apunta Eloísa, y también les brindó ganar el premio a la mejor tapa en la Ruta de la Tapa de Luque. Triunfo que ha repetido este año con una carrillada ibérica con compota de manzana y aceite de brócoli que ya va camino de ser un fijo en la carta. Con ambos se codean el bacalao confitado, marca de la casa al cien por cien. También aclamado es timbal de presa ibérica con foe, las alcachofas a la plancha o las ensaladas, en las que existe un mano a mano entre la de quesos y la de perdiz escabechada.

Platos elaborados con mimo que dejan en el paladar el deseo de regresar a El Olivo para volver a degustarlos. Y una última recomendación, llegar hasta aquí permite también conocer uno de los pueblos más coquetos de la comarca de la Subbética cordobesa.

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