Con el triunfo de anoche ante Egipto, la selección puso punto y final a su puesta a punto para el tramo importante del Mundial. El partido de ayer ante los africanos y el inaugural frente a Irán han servido a Orenga para terminar de engrasar la maquinaria. Pulir detalles pensando en Brasil, Serbia y Francia, los rivales que comenzarán a marcar su destino en el torneo. Será a partir esta noche cuando se vea el verdadero nivel de una selección que apunta alto, pero que aún no se ha enfrentado a ningún equipo de relumbrón en el torneo. [Narración y estadísticas]
El segundo ensayo general en el Mundial se saldó con otra victoria contundente. Egipto apenas le duró a España unos minutos, superado por arriba y por abajo. Desde cerca y desde lejos. Marc le tomó el relevo a su hermano en el liderazgo del equipo. Si ante Irán el empujón inicial lo dio Pau, ayer el turno le tocó al mediano de los Gasol, autor de seis puntos en los primeros minutos, artífice del parcial de 19-2 con el que arrancó el encuentro para España.
Rudy y Navarro se habían unido a la fiesta con sendos. Un acierto engañoso, pues el lanzamiento exterior volvió a ser uno de los quebraderos de Orenga. El otro fue la aportación desde el banquillo, donde sólo Ibaka le puso intensidad y ganas. El congoleño, recuperado de la sobrecarga que le dejó fuera ante Irán, salió a comerse la cancha y encendió al público de Granada. Fue el mejor de largo, concentrado y disfrutando sobre el parqué como si fuera la mismísima final olímpica. Para él no hay descansos ni amistosos. Su nombre, coreado por el pabellón, hizo que el resto arrimara el hombro. Premio merecido y espaldarazo al juego interior de España, que hoy tendrá un dura prueba ante Brasil.