Jugar contra Irán o Egipto se hace complicado. Casi tanto como hacerlo ante Estados Unidos o Brasil, rival de esta noche de la selección española. Son palabras de un miembro de la expedición de España, que resalta la falta de motivación que los dos primeros partidos han provocado en los jugadores.
El vestuario, como reconoce Rudy Fernández, está ansioso porque comience el duelo ante Brasil (22.00 horas, Cuatro). «Hoy empieza el torneo para nosotros», resumía el madridista tras vencer a Egipto. «A partir de ahora tenemos que ser más agresivos en defensa», advertía, consciente de que el nivel de los dos primeros choques mundialistas no servirá para sacar adelante el resto de partidos.
En el mismo sentido se expresa Calderón, uno de los que no ha terminado de encontrar su sitio en los dos primeros partidos, quizá desmotivado por la debilidad de los dos rivales que ha tenido enfrente España. «Estamos preparados desde el inicio, pero hoy empieza lo bueno, lo importante, y la mejor noticia es que Reyes e Ibaka están ya con nosotros», señala el base.
La teoría de Orenga, coincide con la de sus jugadores. El técnico confía en que el equipo sepa subir el nivel a medida que lo haga la exigencia. En ese sentido, Brasil será una buena piedra de toque para ver en qué lugar se encuentra la selección frente a un rival en el que destaca el juego interior y con el que se jugarán el primer puesto del grupo A.