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Antonio García Barbeito - LA TRIBU

Árboles

Cuando un árbol se cae, algo suyo se cae, señor alcalde. ¿A qué alcalde se refiere usted? Al que esté

Operarios trabajan el sábado con el árbol caído en La Oliva ABC

ANTONIO GARCÍA BARBEITO

En este caso, no diremos que los árboles no nos dejan ver el bosque, sino que los árboles no nos dejan ver de quién es la culpa, si de la rama popular o de la rama socialista. Sevilla tiene —y sobre todo, tenía— árboles de centro derecha y árboles de centro izquierda; los hay de hojas caducas o caducifolios y los hay perennifolios, de hoja perenne —o penene, que se dice a veces: «Yo estoy allí tor día penene…»— que mantienen vivos los folios —las hojas— de la denuncia o del problema. Cuando un árbol se cae, algo suyo se cae, señor alcalde. ¿A qué alcalde se refiere usted? Al que esté. Árbol que no has de mantener, déjalo crecer. Lo malo es cuando se seca el arbolito donde dormía el pavo real, o va envejeciendo y se le caen las ramas como con el tiempo se cae el pelo, las muelas, la piel, y se cae todo lo caedizo, se lía.

Cuando Monteseirín rimaba con el serrín que soltaban los árboles que iban talando en su mandato, algunos pensábamos que era él, el alcalde, el que se pasaba el día con la motosierra en la mano, persiguiendo árboles como los prendas de La Matanza de Texas perseguían a personas; y los de centro izquierda decían que si los árboles estaban así, que si estaban asao, que si los habían plantado mal en tiempos de la dictadura; lo cierto es que fuimos quedándonos sin sombra. Pero es que llegó Zoido y parece que hubiese heredado, con el bastón de la alcaldía, la motosierra que le achacábamos a Monteseirín. Y dijo esos árboles están enfermos y a ti te encontré en la calle y además no se ve la Torre del Oro, ea, y allá que van las motosierras de centro derecha talando árboles que parecían de centro izquierda. La rama socialista y la rama popular. Surgió un nuevo refrán: pobrecita la rama que al tronco sale… Vienen los vientos del invierno y empiezan a doblarles los brazos a los árboles más viejos y más grandes. Peligro. Motosierra al canto. Ahora, a uno de los grandes eucaliptos que se levantan cabe la muralla de la Macarena se le rompió un brazo a la altura del codo y derribó una almena, y, claro, como ahora ese eucalipto es de centro izquierda, pues leña, de eucalipto, naturalmente, al Ayuntamiento. Anda que si le hubiesen dado leña a todos los que tiraron almenas, y no eran eucaliptos… «Arbolé, arbolé, seco y verdé», que decía Lorca de los olivos de la niña del bello rostro. Así que en Sevilla hay árboles que si se caen o se cortan, hacía falta que se cayeran o se cortaran, y árboles hermanos de esos árboles que, según quién esté en el Ayuntamiento, merecen trato de ahijado. Lo que nos faltaba es que también nos dividieron los árboles.

antoniogbarbeito@gmail.com

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