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EL RECUADRO

«Cruz de Guía»

Los 75 años del libro «Cruz de Guía» son buena ocasión para rescatar a Manuel Sánchez del Arco

El libro de Sánchez del Arco nos descubre cómo era la Semana Santa de Sevilla en el siglo pasado JUAN BARRERA
Antonio Burgos

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Cada mes salen siete u ocho libros sobre Semana Santa. Es lógico. La misma masificación que sufre la Semana Santa la experimentan en paralelo los libros que tratan sobre ella. No habrá quizá asunto de la vida, la forma de ser y la Historia de Sevilla más bibliografiado. Piense un asunto cualquiera de Semana Santa, una imagen, una cofradía, que seguro que al menos hay tres libros que lo tratan. Claro, como en las prensas cofradieras no ponen vallas ni hay Cecop...

Pero hubo un tiempo que, al igual que entonces se podían ver las cofradías por la calle sin bullas monstruosas, sin miedos por la seguridad, vallas ni aforamientos, apenas salían libros sobre Semana Santa. En todo caso, alguna colección de poemas y pare usted de contar. Por eso pienso que debería celebrarse de algún modo que en este año se cumplen los 75 de la publicación en 1943 de un libro fundamental sobre la Semana Santa que es al mismo tiempo un manual de sevillanías y un prontuario de su Historia: el irrepetible «Cruz de Guía» de Manuel Sánchez del Arco (1895-1957), subtitulado «Exégesis profana de la Semana Santa en Sevilla», creo que agotado hasta en la reedición que en 2003 hizo Renacimiento. Cuando Sánchez del Arco publica «Cruz de Guía», único gran libro sobre la Semana Santa que tuvieron a su alcance varias generaciones de sevillanos, sólo existían dos clásicos históricos inencontrables: el Bermejo y el González de León. Del Arco hace un magnífico libro con un afán si me apuran didáctico, explicando la Semana Santa desde su origen, su evolución y su realidad de entonces. Cómo sería aquel gran páramo editorial cofradiero, que no hay obra reseñable alguna desde 1943 en que Sánchez del Arco saca su «Cruz de Guía» hasta que en 1948 el mexicano padre Ramón Cué S.J. publica «Cómo llora Sevilla», tras haber callejeado viendo cofradías con unos cicerones excepcionales, unos muchachos vinculados a Los Luises que se llamaban Julio Martínez Velasco, Manuel Ferrand Bonilla, Juan Delgado Alba, Joaquín González Moreno y Carlos Acebo Romero, a los que luego dedica la obra.

Algo habría que hacer para conmemorar los 75 años de «Cruz de Guía». No digo yo sacar el libro en procesión extraordinaria, pero por lo menos hacerle un triduo de conferencias en el Ateneo, ¿no, profesor Giráldez? Y reivindicar así de paso, frente a tanta justa recuperación de Chaves Nogales, la figura del otro gran «Manolo» («Manolito» era su nombre cariñoso en este caso) del periodismo de Sevilla en los años 20 y 30 del siglo XX. En la eterna dualidad sevillana, Sánchez del Arco es como la otra cara de Chaves Nogales. De «El Noticiero Sevillano» procede Del Arco; Chaves, de «El Liberal», el otro gran diario de los años 20. Los dos eran periodistas de oficio, de sacar a la calle un diario cada mañana. Sánchez del Arco hizo de todo en el «Noticiero», con su seudónimo de «Justo Sevillano», a las órdenes del director don Juan Carretero. Que se lo trajo a ABC de Sevilla cuando se fundó en 1929. Del Arco fue un gran cronista de la guerra de África, de los primeros reporteros que iban, como se dice ahora, «incrustados» en una columna militar. Estuvo un mes sitiado en la posición de Bab El Sor y dio en «El Noticiero» la noticia de la caída de Monte Arruit antes que la conociera el Gobierno. Y luego, pero no lo último, la guerra civil. Junto con el fotógrafo Serrano, se incorporó como cronista en la columna de Castejón que marchó sobre Madrid en julio de 1936, dictando desde el frente unas espléndidas crónicas literarias reunidas luego en el libro «El Sur de España en la reconquista de Madrid» (1937), que ha ponderado Antonio Checa, historiador de nuestro periodismo, y en «Horas y figuras de la guerra en España» (1937). Y los toros. Cuando tras la guerra se fue a ABC de Madrid, ejerció, junto con la subdirección, la crítica de toros. Su seudónimo no podía ser más sevillano: «Giraldillo». Ni su pluma más extensa, más intensa, más nuestra. Pero, ay, Del Arco ha corrido peor suerte que Chaves Nogales, por aquello de las dos Sevilla y las dos Españas, y está en el olvido. Los 75 años del libro «Cruz de Guía» son buena ocasión para rescatar a Manuel Sánchez del Arco, grandísimo periodista de talla y de raza de Sevilla y de ABC.

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