Hazte premium Hazte premium

Lamerones

La democracia es una variante surrealista del efecto Dunning-Kruger

Juan Manuel de Prada

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Me ha hecho mucha gracia el sonrojante y cateto alborozo con que han sido recibidos los nombramientos ministeriales del doctor Pedro Sánchez. Ortega y Gasset escribió que el pueblo español es «constitutivamente gubernamental», con expresión eufemística y cobardona que debe leerse como «servil con el poderoso». Está comprobado que muchos de los que aclamaban enardecidos a Alfonso XIII por las calles de Madrid se juntaron apenas unos pocos después en la Puerta del Sol, para celebrar su marcha. Y también se sabe que muchos de los que corrían a echar la lagrimilla en la Plaza de Oriente, para celebrar cada cumpleaños del Caudillo, amueblaron al poco las manifestaciones democráticas. «El español es por naturaleza arrimadizo del poder, tiene vocación de gozquecillo lamerón», me dijo en cierta ocasión Cela, con aquella lucidez coñona y cruel que caracterizaba todos sus juicios. Y el diagnóstico del maestro nunca falla.

Pero con el gobierno del doctor Sánchez el clima servil que siempre se respira en España ha adquirido contornos merengosos difícilmente soportables. Ha pasado de lamerón a lambiscón (por no mencionar sitios que huelen mal), con sus faralaes y cenefitas de cretinismo emético. Hay que reconocer, sin embargo, que el doctor Sánchez ha sabido interpretar a la perfección el espíritu de su época, tan delicuescente y bobito, tan desdeñoso del sabiduría como adulón de la titulitis, tan lacayuelo de lo políticamente correcto, tan chupi-progre y cosmético, tan invertebrado e inane que a quien habla un inglés apañadillo lo confunde con un fénix de los ingenios. Causan alipori los elogios encendidos a la ministralla del doctor Sánchez, donde abundan los burócratas europeístas, que se empeñan en pintarnos como los siete sabios (¡y las once sabias!) de Grecia. Causa sonrojo la benevolencia lisonjera con la que es tratado, por ejemplo, el otrora juez Marlaska, archivero de aviones siniestrados y aventador de faisanes en sus años mozos. ¡La de collejas y pescozones que le habrían llovido si hubiese aceptado sumarse al gobierno de alguno de los gobiernos derechistas que tanto han promocionado su carrera! Pero le ha bastado acudir al llamado del doctor Sánchez para que todos le rindan reverencia, como si fuese Licurgo redivivo.

¡Y el doctor Pedro Sánchez un nuevo Pericles, oiga! En psicología cognitiva se estudia el llamado «efecto Dunning-Kruger», que nos enseña que las personas peor dotadas suelen padecer un sentimiento de superioridad ilusorio que las hace creerse las más inteligentes y preparadas. Esta sobrevaloración de las propias capacidades, siendo trágica, no lo es tanto sin embargo como su pavorosa consecuencia: como las personas poco dotadas suelen creerse superiores, disfrazan su inconsciencia de resolución, audacia y confianza en sí mismas; y así logran que las masas caigan rendidas ante sus taumaturgias. Yo entiendo que se pueda ponderar la tenacidad del doctor Sánchez, que lo llevó primero a revolverse contra el sanedrín de su partido y ahora a encaramarse al gobierno después de haber cosechado los resultados más penosos para su partido. Pero la audacia del doctor Sánchez no es otra cosa sino insensatez, que según Leonardo Castellani es el grado superlativo -y más peligroso- de tontería, que es la del «tonto que no se sabe tonto y encima quiere gobernar a otros». Pero ahora a la insensatez la llaman audacia; y enseguida le surgen, como setas en un bosque otoñal, una legión de rapsodas y turiferarios -gozquecillos lamerones-, empeñados en confundir esta operación pinturera del doctor Sánchez con la apoteosis de algún héroe mitológico.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación