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Álvaro Ybarra

Sevilla da la espalda a su Puerto

Pese a ser declarado de interés estratégico por la Unión Europea, el puerto de Sevilla está siendo acorralado por unos y otros sin que casi nadie lo defienda

Instalaciones dedicadas al tráfico de contenedores de mercancías en el puerto de Sevilla V. GÓMEZ

El puerto de Sevilla ha pasado por su particular semana negra al desvelar ABC que la terminal logística ferroviaria de Majarabique, una instalación clave para el transporte de mercancías por tren, va a ser gestionada por el puerto de Huelva. La razón es bien simple: el puerto de Sevilla no se ha presentado al concurso de Adif para explotar este enclave. Tras conocerse los hechos los responsables del puerto hispalense han explicado que no han concurrido al concurso público porque no estaban interesados en esta infraestructura ya que su estrategia comercial pasa por concentrar los servicios en la Dársena del Batán. La explicación no se sostiene, pues coincide con el anuncio por parte de la Autoridad Portuaria de Sevilla de una denuncia al puerto onubense por competencia desleal. ¿Si no les interesa Majarabique por qué denuncian la operación?

El asunto de Majarabique, que constituye una nueva oportunidad de negocio para el puerto de Sevilla, es consecuencia directa de la falta de una apuesta real de Sevilla por la vía fluvial del Guadalquivir, las instalaciones portuarias y su zona franca. Esta vez al menos ha reaccionado el alcalde, Juan Espadas, que ha roto su silencio para denunciar la competencia desleal del puerto de Huelva y llamar a la negociación y al acuerdo.

Sevilla, por ese complejo que tiene por ser la capital administrativa de Andalucía, vive de espaldas a su puerto, que, pese a ser declarado de interés estratégico por la Unión Europea, está siendo acorralado por unos y otros sin que casi nadie lo defienda. El desarrollo global de los muelles de Sevilla, la instalación de nuevas empresas junto al río al calor de la zona franca que Zoido le sacó a Montoro, es una oportunidad de desarrollo económico que sería suicida desperdiciar. Sin embargo, el miedo a enfrentarse a las medias verdades del ecologismo militante y a competir con el resto de puertos andaluces, principalmente Huelva y Cádiz, ha derivado en esta dejadez permanente a la hora de defender los intereses de la metrópolis hispalense. Aquí, y perdonen la inmodestia, el único que defiende a Sevilla de forma permanente es el ABC. Menos mal que la autopista fluvial que nos une con el mar tiene tantas posibilidades que esta misma semana, ajeno al error de Majarabique, el crucerista número 150.000 arribará a la ciudad a bordo de «La Belle de Cadix».

@aybarrapacheco

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