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EL RECUADRO

«Hoy es Vigilia»

¿No dicen los capataces «menos paso quiero»? Pues la autoridad cofradiera debería decir: «Menos nazarenos quiero»

Cristo de la Fundación de la hermandad de Los Negritos J. M. SERRANO
Antonio Burgos

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Debería quizá hacer como recomendaba don Santiago Montoto y practica nuestro querido arzobispo Asenjo: no meterme en fías, porfías ni cuestión con cofradías. Entender, como muy acertadamente viene haciendo Don Juan José, que son cuestiones técnico-cofradieras y dejarlas al Consejo y a las hermandades. Pero ocurre que nada de lo que pasa o puede pasar con la Semana Santa le es ajeno al sevillano; todo lo cofradiero es parte consustancial del común patrimonio emocional de la ciudad, que es de todos y en el que nadie debe tener la exclusiva.

Pero hoy es primer viernes de Cuaresma, y en la Casa de Pilatos ya huele a Vía Crucis con el Cristo de la Fundación y la Cruz de las Toallas de Los Negritos, y ya está colgado el cartel ritual de «Hoy es Vigilia» en los lugares de ordenanza, en Ochoa y en Casa Ricardo, y me alarman los toqueteos que me traen con la Carrera Oficial y, como decía el otro día, con el miedo que nos están metiendo por cuerpo con tantas y tantas medidas de seguridad, entre Cumbre del G-7 y Desembarco en Normandía. Y todo porque, igual que se habla de hermandades extinguidas en el siglo XIX, sin que nos demos cuenta ha desaparecido la Soberana Cofradía de la Bulla, cuyos integrantes, todos los sevillanos, se sabían de memoria y habían jurado sus reglas no escritas, que seguían al pie de la letra. Había en Sevilla un Arte de la Bulla que se ha perdido, como tantos viejos oficios, como el lañador, el sillero o el latero. Al sevillano no había que explicarle cómo andar por la bulla, cómo estar esperando en la bulla, cómo salir de una bulla, cómo evitar una bulla. Pero a la bulla le pusieron sus tres grandes enemigos: el Cecop, el aforamiento y la valla de protección. Así no hay forma. Y si le añades el niñateo de la botellona, ni te cuento.

Y, encima, los proyectos para la Carrera Oficial. Todo el mundo con su solución debajo del brazo. ¿Cómo? ¿Que usted no tiene una idea maravillosa para acabar con los problemas de la Carrera Oficial? ¿Qué me está usted contando, alma de Dios? ¿Pero cómo es posible? Yo, para no ser menos que nadie, lo tengo. Es el cascabel del gato del problema de la Carrera Oficial, de la masificación, de las bullas, de la Madrugada y de todos los males que todos quieren solucionar a su manera con la mejor de las intenciones. Digo que es el cascabel del gato no por influencia de los que me tienen adoptado en su casa, sino porque nadie se atreve a pechar con esta solución, facilísima. Verán cuál es.

¿No dicen los capataces «menos paso quiero», para templar el andar de un palio o de un misterio? Pues la autoridad cofradiera debería decir: «Menos nazarenos quiero». Imponer el «numerus clausus», que así se solucionarían gran parte de los problemas de masificación y seguridad. Ya no salimos a ver cofradías, sino a ver nazarenos. Pesadísimos. Y las cofradías, ¡hala!, venga a competir en el número de nazarenos, a ver quién saca más. Cuando el número ideal es, por ejemplo, los que lleva La Carretería. Miren ustedes cómo con La Carretería no hay ningún problema conocido. Porque no lleva siete mil millones de nazarenos. Y así debería imponerse a todas las cofradías el «numerus clausus», a lo que nadie se atreve. ¿No había «numerus clausus» de carruajes para entrar en la Feria, las matrículas pares un día y las impares otro? Pues cualquier fórmula de este tipo deberían adoptar las propias hermandades, por su iniciativa y para su seguridad. Así no habría problemas de cruces, ni tendrían que adoptarse soluciones tan arriesgadas y peregrinas como la del Santo Martes. En vez del Santo Martes con la Carrera al revés, ¿por qué no han hecho la prueba quitando centenares de nazarenos a las cofradías más populares de ese día, dejarlas todas como Santa Cruz? Pero esto, ay, es una entelequia. El «horror vacui» del barroco sevillano llega a los cuerpos de nazarenos. Presumen de los miles de nazarenos que vamos a sacar este año. Y así nos va. Así nos va, que ya dije que ver las cofradías se ha convertido en un deporte de riesgo, y que donde esté ver la Madrugada por la televisión...

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