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dos hermanas

Espléndido Domingo de Ramos, de ilusión y fe

La Borriquita y el Cautivo realizaron su estación de penitencia en una jornada marcada por las altas temperaturas

Espléndido Domingo de Ramos, de ilusión y fe l. montes

L.MONTES

Hacía ya varios años que Dos Hermanas no vivía un Domingo de Ramos tan brillante, con sus cofradías en la calle y el sol de primavera como acompañante indiscutible del primer día de pasión. La jornada comenzó quince minutos antes de las cinco tarde en el entorno de la plaza de la Constitución, en plena carrera oficial, cuando los primeros nazarenos de la Hermandad de la Borriquita iniciaban su camino abriendo el cortejo de esta cofradía de la calle Melliza.

Sus palmas anunciaban lo que estaba por venir, la llegada del Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalén que, al cabo de unos pocos minutos, atravesaba el dintel de la parroquia de Santa María Magdalena. Sonaba la marcha real interpretada por la Agrupación Musical de Nuestra Señora de la Estrella. La Semana Santa nazarena había empezado.

Por las inmediaciones del cruce de los Cuatro Cantillos el público se concentraba en el lado de la sombra, dejando prácticamente vacía la otra acera donde el sol daba. Y es que las altas temperaturas hicieron ayer que tanto los bares como las cafeterías y heladerías estuvieran completamente llenas al transcurrir de las cofradías.

Los nazarenos blancos de la Borriquita fueron dejando paso, poco a poco, a los hermanos más mayores de antifaz rojo de terciopelo. A lo lejos, los sones de la Banda Municipal de Coria del Río auguraban un momento indescriptible cuando los rayos del sol atravesaban el palio de la Virgen de la Estrella iluminando la cara de la Madre de Dios.

Y mientras el centro se iba llenando de público, que buscaba las palmas de los niños de la Borriquita, en otro punto de la ciudad nazarena la fe de todo un barrio se materializaba por sus calles. La Hermandad del Cautivo ponía su Cruz de Guía en la calle a las cinco de la tarde desde la parroquia de Nuestra Señora del Rocío. Decenas de parejas de nazarenos comenzaban así su estación de penitencia rumbo al centro, en un recorrido que los iba a mantener en la calle hasta bien entrada la noche.

Especialmente significativo fue el paso de esta cofradía por el barrio de las Casas Baratas por donde transcurrió la procesión nada más salir del templo dejando estampas únicas y momentos irrepetibles. Andaba Nuestro Padre Jesús del Cautivo ante la atenta mirada de quienes le contemplaban desde las aceras de las calles de este barrio señero de Dos Hermanas que, como cada año, no faltó a su ineludible cita con el Cristo.

Y detrás del Señor, la Virgen de la Esperanza culminaba una tarde de sentimientos a flor de piel, de recuerdos y de devoción. En las primeras calles de su recorrido, los vecinos más antiguos del barrio contemplaban emocionados el paso de su Virgen en un palio majestuoso que la mecía con el andar de sus costaleros.

La tarde caía pero el Domingo de Ramos en Dos Hermanas crecía. El sol poco a poco iba dejando paso a una noche cálida, que animaba a muchos a salir a la calle y unirse para vivir un inicio de Semana Santa como hace tiempo que no sucedía. 

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